I Macabeos, 12
7. Ya en tiempos pasados, Areios, que reinaba entre ustedes, envió una carta al Sumo Sacerdote Onías en la que le decía que ustedes son hermanos nuestros, como lo atestigua la copia adjunta.
7. Ya en tiempos pasados, Areios, que reinaba entre ustedes, envió una carta al Sumo Sacerdote Onías en la que le decía que ustedes son hermanos nuestros, como lo atestigua la copia adjunta.
1 Macabeos 12 informa la continuación del pacto entre el rey Demetrio y Jonathan, el líder judío. El capítulo describe el envío de embajadores para confirmar la alianza, así como la realización de una expedición conjunta para combatir a un enemigo común. Los siguientes versos seleccionados abordan temas como alianzas, traición y victoria de batalla:
Proverbios 27:17: "Al igual que el hierro que afilaba el hierro, el hombre afila a su amigo". La alianza entre Jonathan y Demetrio se basa en la amistad mutua y los intereses comunes. El versículo muestra la importancia de las amistades que nos ayudan a crecer y fortalecernos.
Salmo 146:3: "No confíes en los príncipes, o los hijos de los hombres, en quienes no hay salvación". El pacto entre Jonathan y Demetrio era importante para los judíos, pero no debemos confiar en los líderes humanos, sino en Dios.
Proverbios 11:14: "No hay dirección sabia, un pueblo cae; pero en la multitud de abogados hay seguridad". Los embajadores enviados por Jonathan y Demetrius discutieron y planearon cuidadosamente la alianza y la expedición conjunta, mostrando la importancia de buscar consejos sabios antes de tomar decisiones importantes.
2 Timothy 2:3-4: "Por lo tanto, las aflicciones, como un buen soldado de Jesucristo, sufre de mí. Nadie que milita se avergüenza por los negocios de esta vida para complacer a él que lo alistó a la guerra". Jonathan y sus hombres fueron soldados en una batalla espiritual, y su objetivo era complacer a Dios, no complacer a sí mismo ni a los demás.
Deuteronomio 20:4: "Para el Señor, tu Dios, es el que va a ti, para luchar contra ti contra tus enemigos para salvarte". La victoria en la batalla de Jonathan y sus hombres no fue conquistada por sus habilidades o fuerza, sino porque Dios luchó por ellos y los salvó. El versículo muestra la importancia de confiar en Dios en todas las situaciones, incluida la guerra.
“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina
