Hechos, 2
30. Pero como él era profeta, sabía que Dios le había jurado que un descendiente suyo se sentaría en su trono.
30. Pero como él era profeta, sabía que Dios le había jurado que un descendiente suyo se sentaría en su trono.
Hechos de los Apóstoles 2 describe el día de Pentecostés, cuando los discípulos de Jesús recibieron el Espíritu Santo y comenzaron a hablar de idiomas extraños, atrayendo una multitud que se sorprendió. Peter luego predicó un poderoso sermón, explicando que lo que estaba sucediendo era la realización del Profeta del Profeta Joel en los últimos días. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas de este capítulo:
Joel 2:28-29: "Y después de eso derribaré mi espíritu sobre todos los pueblos. Tus hijos y sus hijas profetizarán, los viejos tendrán sueños, los jóvenes tendrán visiones. Incluso sobre los sirvientes y los sirvientes. Se derramaré de mi espíritu en esos días ". Este es el tramo que Peter cita en su sermón, explicando que lo que estaba sucediendo era la realización de esta profecía de Joel.
Hechos de los Apóstoles 1:5: "Porque John ha bautizado con agua, pero en unos días serás bautizado con el Espíritu Santo". Aquí Jesús se refiere al evento que sucedería pronto el día de Pentecostés, cuando los discípulos serían bautizados con el Espíritu Santo.
Juan 14:26: "Pero el consejero, el Espíritu Santo, que el Padre enviará a mi nombre, te enseñará todas las cosas y te hará recordar todo lo que dije". Jesús promete a sus discípulos que el Espíritu Santo venga a guiarlos y enseñarles.
Los actos de los Apóstoles 4:31: "Después de rezar, el lugar donde fueron reunidos fueron tratados; estaban llenos del Espíritu Santo y anunciaron audazmente la Palabra de Dios". Este versículo describe otro momento en que los discípulos estaban llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar con valentía sobre Jesús.
Efesios 5:18: "No te emborraches con el vino, lo que lleva a la liberación, pero dejes ser llenos del Espíritu". Aquí Pablo está alentando a los cristianos a estar llenos del Espíritu Santo en lugar de buscar satisfacción en las cosas mundanas.
“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina
