6. Después el Señor siguió diciéndole: "Mete tu mano en el pecho". Él puso su mano en el pecho; y al sacarla, estaba cubierta de lepra, blanca como la nieve.





“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina