25. Todas las mujeres que tenían habilidad para ello, hilaron con sus manos y trajeron hilados de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino;





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina