2. Al oírlos, Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Josadac, se decidieron a reanudar la construcción de la Casa de Dios que está en Jerusalén, acompañados por los profetas de Dios que los apoyaban.





“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina