Fondare 134 Risultati per: tenían

  • hizo que de ellos se apiadaran aquellos que cautivos los tenían. (Salmos 106, 46)

  • Al rayar el día, apareció Judas en la llanura con 3.000 hombres. Sólo que no tenían las armas defensivas y las espadas que hubiesen querido, (I Macabeos 4, 6)

  • Judas movió la guerra a los hijos de Esaú en Idumea, al país de Acrabatena, porque tenían asediados a los israelitas. Les infligió fuerte derrota, les rechazó y se alzó con sus despojos. (I Macabeos 5, 3)

  • Llegaron a Efrón, ciudad importante y muy fuerte, situada en el camino. Necesariamente tenían que pasar por ella, por no haber posibilidad de desviarse ni a la derecha ni a la izquierda. (I Macabeos 5, 46)

  • Salió, pues, para Siria en son de paz y la gente de las ciudades le abría las puertas y salía a su encuentro, ya que tenían orden del rey Alejandro de salir a recibirle por ser suegro suyo. (I Macabeos 11, 2)

  • y le instaba a que se lo entregase para ponerlo en el trono de su padre. Le puso al corriente de toda la actuación de Demetrio y del odio que le tenían sus tropas. Permaneció allí muchos días. (I Macabeos 11, 40)

  • Juan con sus tropas tomó posiciones frente al enemigo y advirtiendo que sus tropas tenían miedo de pasar el torrente, lo pasó él el primero, y sus hombres, al verle, pasaron detrás de él. (I Macabeos 16, 6)

  • que de ningún modo se podía perjudicar a los que tenían puesta su confianza en la santidad del Lugar, y en la majestad inviolable de aquel Templo venerado en todo el mundo. (II Macabeos 3, 12)

  • sin apreciar en nada la honra patria, tenían por mejores las glorias helénicas. (II Macabeos 4, 15)

  • Los que estaban encargados del banquete sacrificial contrario a la Ley, tomándole aparte en razón del conocimiento que de antiguo tenían con este hombre, le invitaban a traer carne preparada por él mismo, y que le fuera lícita; a simular como si comiera la mandada por el rey, tomada del sacrificio, (II Macabeos 6, 21)

  • El que había pretendido saldar el tributo debido a los romanos con la venta de los prisioneros de Jerusalén, proclamaba que los judíos tenían a Alguien que les defendía, y que los judíos eran invulnerables por el hecho de que seguían las leyes prescritas por Aquél. (II Macabeos 8, 36)

  • A poco de difundirse la claridad del sol naciente, ambos bandos se lanzaron al combate; los unos tenían como garantía del éxito y de la victoria, además de su valor, el recurso al Señor; los otros combatían con la furia como guía de sus luchas. (II Macabeos 10, 28)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina