Fondare 464 Risultati per: templo de salomón

  • Dijo Natán a Betsabé, madre de Salomón: «¿No has oído que Adonías, hijo de Jagguit, se hace el rey sin saberlo David nuestro señor? (I Reyes 1, 11)

  • Ahora voy a darte un consejo para que salves tu vida y la vida de tu hijo Salomón. (I Reyes 1, 12)

  • Vete y entra donde el rey David y dile: "Acaso tú, rey mi señor, no has jurado a tu sierva: Salomón tu hijo reinará después de mí y él se sentará en mi trono? ¿Pues por qué Adonías se hace el rey?" (I Reyes 1, 13)

  • Ella le dijo: «Mi señor, tú has jurado a tu sierva por Yahveh tu Dios: "Salomón tu hijo reinará después de mí y él se sentará en mi trono." (I Reyes 1, 17)

  • Ha sacrificado bueyes, vacas cebadas y ovejas en abundancia, invitando a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab, jefe del ejército, pero no ha invitado a tu siervo Salomón. (I Reyes 1, 19)

  • Y ocurrirá que, cuando mi señor el rey se acueste con sus padres, yo y mi hijo Salomón seremos tratados como culpables.» (I Reyes 1, 21)

  • Pero yo, tu siervo, y el sacerdote Sadoq y Benaías, hijo de Yehoyadá, y tu siervo Salomón no hemos sido invitados. (I Reyes 1, 26)

  • que como te juré por Yahveh, Dios de Israel, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará sobre mi trono en mi lugar, así lo haré hoy mismo.» (I Reyes 1, 30)

  • El rey les dijo: «Tomad con vosotros a los veteranos de vuestro señor, haced montar a mi hijo Salomón sobre mi propia mula y bajadle a Guijón. (I Reyes 1, 33)

  • El sacerdote Sadoq y el profeta Natán le ungirán allí como rey de Israel, tocaréis el cuerno y gritaréis: "Viva el rey Salomón." (I Reyes 1, 34)

  • Como ha estado Yahveh con mi señor el rey, así esté con Salomón y haga su trono más grande que el trono de mi señor el rey David.» (I Reyes 1, 37)

  • Bajaron el sacerdote Sadoq, el profeta Natán, Benaías, hijo de Yehoyadá, los kereteos y los peleteos, e hicieron montar a Salomón sobre la mula del rey David y le llevaron a Guijón. (I Reyes 1, 38)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina