Fondare 85 Risultati per: roca

  • Fortificó Ezequías su ciudad y metió el agua dentro de ella; con el hierro horadó la roca y construyó cisternas para el agua. (Eclesiástico 48, 17)

  • Enviad corderos al señor del país desde la Roca del Desierto al monte de la hija de Sión. (Isaías 16, 1)

  • Porque olvidaste a Dios tu salvador, y de la Roca de tu fortaleza no te acordaste. Por eso plantabas plantíos deleitosos, y de mugrón extranjero los sembraste. (Isaías 17, 10)

  • Confiad en Yahveh por siempre jamás, porque en Yahveh tenéis una Roca eterna. (Isaías 26, 4)

  • No tembléis ni temáis; ¿no lo he dicho y anunciado desde hace tiempo? Vosotros sois testigos; ¿hay otro dios fuera de mí? ¡No hay otra Roca, yo no la conozco!» (Isaías 44, 8)

  • No padecieron sed en los sequedales a donde los llevó; hizo brotar para ellos agua de la roca. Rompió la roca y corrieron las aguas. (Isaías 48, 21)

  • Mira que por ti va, población del valle, la Roca del Llano - oráculo de Yahveh -: vosotros, los que decís: «¿Quién se nos echará encima? ¿quién entrará en nuestras guaridas?» (Jeremías 21, 13)

  • El espanto que infundías te engañó, la soberbia de tu corazón, tú, el que habitas en las hendiduras de la roca, que ocupas lo alto de la cuesta. Aunque pongas en alto, como el águila, tu nido, de allí te haré bajar - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 49, 16)

  • yo te hecho tu frente dura como el diamante, que es más duro que la roca. No los temas, no tengas miedo de ellos, porque son una casa de rebeldía.» (Ezequiel 3, 9)

  • Porque su sangre está en medio de ella, la ha esparcido sobre la roca desnuda, no la ha derramado en la tierra recubriéndola de polvo. (Ezequiel 24, 7)

  • Para que el furor desborde, para tomar venganza, he puesto yo su sangre sobre roca desnuda, para que no fuera recubierta. (Ezequiel 24, 8)

  • Derruirán las murallas de Tiro y abatirán sus torres. Yo barreré de ella hasta el polvo y la dejaré como roca pelada. (Ezequiel 26, 4)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina