Fondare 128 Risultati per: llegado

  • Te ruego, hijo, que mires al cielo y a la tierra y, al ver todo lo que hay en ellos, sepas que a partir de la nada lo hizo Dios y que también el género humano ha llegado así a la existencia. (II Macabeos 7, 28)

  • Una vez dueños de la ciudad por la voluntad de Dios, hicieron una indescriptible carnicería hasta el punto de que el lago vecino, con su anchura de dos estadios, parecía lleno con la sangre que le había llegado. (II Macabeos 12, 16)

  • Designó inmediatamente a Nicanor, que había llegado a ser elefantarca, le nombró estratega de Judea y le envió (II Macabeos 14, 12)

  • Llegado allí convocó a sus compatriotas, puso a los sacerdotes ante el altar y mandó buscar a los de la Ciudadela. (II Macabeos 15, 31)

  • Aparecen las flores en la tierra, el tiempo de las canciones es llegado, se oye el arrullo de la tórtola en nuestra tierra. (Cantar 2, 12)

  • No te exaltes a ti mismo, para no caer y acarrearte deshonra, porque el Señor revelaría tus secretos y en medio de la asamblea te echaría por tierra, por no haberte llegado al temor del Señor, porque tu corazón está lleno de fraude. (Eclesiástico 1, 30)

  • El maderamen bien trabado de una casa ni por un terremoto es dislocado; así un corazón firme por reflexión madura, llegado el momento no se achica. (Eclesiástico 22, 16)

  • Así que tropezó Jerusalén, y Judá ha caído; pues sus lenguas y sus fechorías a Yahveh han llegado, irritando los ojos de su majestad. (Isaías 3, 8)

  • Lo de antes ya ha llegado, y anuncio cosas nuevas; antes que se produzcan os las hago saber. (Isaías 42, 9)

  • ¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh sobre ti ha amanecido! (Isaías 60, 1)

  • ¡Era el día de la venganza que tenía pensada, el año de mi desquite era llegado! (Isaías 63, 4)

  • Y la sentencia ha llegado a la meseta, a Jolón, a Yahsá y a Mefaat, (Jeremías 48, 21)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina