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Por eso te nombramos hoy sumo sacerdote de tu nación y te concedemos el título de amigo del rey - le enviaba al mismo tiempo una clámide de púrpura y una corona de oro -. Por tu parte, haz tuya nuestra causa y guárdanos tu amistad.» (I Macabeos 10, 20)
Renuncio también de hoy en adelante a percibir el tercio de los granos y la mitad de los frutos de los árboles que me correspondían, del país de Judá y también de los tres distritos que le son anexionados de Samaría - Galilea... a partir de hoy para siempre. (I Macabeos 10, 30)
Os perdonamos los errores y delitos cometidos hasta el día de hoy y la corona que nos debéis. Si algún otro tributo se percibía en Jerusalén, ya no se exija. (I Macabeos 13, 39)
«En los muchos combates que se dieron en nuestra región, Simón hijo de Matatías, sacerdote descendiente de los hijos de Yehoyarib, y sus hermanos se expusieron al peligro, hicieron frente a los enemigos de su nación para mantener en pie su Lugar Santo y la Ley y alcanzaron inmensa gloria para su nación. (I Macabeos 14, 29)
Simón llamó entonces a sus dos hijos mayores, Judas y Juan, y les dijo: «Mis hermanos y yo y la casa de mi padre hemos combatido a los enemigos de Israel desde nuestra juventud hasta el día de hoy y llevamos muchas veces a feliz término la liberación de Israel; (I Macabeos 16, 2)
«Tenía que ofrecer un sacrificio de comunión y hoy he cumplido mi voto; (Proverbios 7, 14)
Para que esté en Yahveh tu confianza también a ti hoy te enseñaré. (Proverbios 22, 19)
No te regocijes por el día de mañana, porque no sabes lo que deparará el día de hoy. (Proverbios 27, 1)
El que cava la hoya cae en ella, y al que atraviesa el seto le muerde la culebra. (Eclesiastés 10, 8)
Un padre atribulado por un luto prematuro encarga una imagen del hijo malogrado; al hombre muerto de ayer, hoy como un dios le venera y transmite a los suyos misterios y ritos. (Sabiduría 14, 15)
La larga enfermedad deja perplejo al médico, y el que hoy es rey fenecerá mañana. (Eclesiástico 10, 10)
da poco y echa en cara mucho, y abre su boca como un pregonero; presta hoy y mañana reclama, es un hombre detestable este sujeto. (Eclesiástico 20, 15)