Fondare 206 Risultati per: hará
Respondió Sibá al rey: «Tu siervo hará todo lo que mi señor el rey ha mandado a su siervo.» Meribbaal comía a la mesa de David como uno de los hijos del rey. (II Samuel 9, 11)
El séptimo día murió el niño; los servidores de David temieron decirle que el niño había muerto, porque se decían: «Cuando el niño aún vivía le hablábamos y no nos escuchaba. ¿Cómo le diremos que el niño ha muerto? ¡Hará un desatino!» (II Samuel 12, 18)
Dijo el rey a Sadoq: «Haz volver el arca de Dios a la ciudad. Si he hallado gracia a los ojos de Yahveh, me hará volver y me permitirá ver el arca y su morada. (II Samuel 15, 25)
Pues firme ante Dios está mi casa, porque ha hecho conmigo un pacto sempiterno, en todo ordenado y custodiado. El hará germinar toda mi salud y todo mi deseo. (II Samuel 23, 5)
Yahveh hará recaer su sangre sobre su cabeza porque ha matado dos hombres más justos y mejores que él, matándolos a espada sin saberlo mi padre, a Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasá, hijo de Yéter, jefe del ejército de Judá. (I Reyes 2, 32)
Semeí dijo al rey: «Tu palabra es buena. Como ha dicho mi señor el rey, así hará su siervo.» Semeí habitó en Jerusalén mucho tiempo. (I Reyes 2, 38)
pero Yahveh había dicho a Ajías: «Mira, la mujer de Jeroboam viene a pedirte un oráculo acerca de su hijo que está enfermo. Esto y esto le dirás. Cuando ella entre, se hará pasar por otra.» (I Reyes 14, 5)
Al que escape a la espada de Jazael le hará morir Jehú, y al que escape a la espada de Jehú, le hará morir Eliseo. (I Reyes 19, 17)
Dijo Jazael: «Pues, ¿qué es tu siervo? ¿Como un perro hará cosa tan enorme?» Respondió Eliseo: «Yahveh ha hecho que te vea como rey de Aram.» (II Reyes 8, 13)
Pues saldrá un Resto de Jerusalén, y supervivientes del monte Sión; el celo de Yahveh Sebaot lo hará. (II Reyes 19, 31)
Isaías repondió: «Esta será para ti, de parte de Yahveh, la señal de que Yahveh hará lo que ha dicho: ¿Quieres que la sombra avance diez grados o que retroceda diez grados?» (II Reyes 20, 9)
Si vienen contigo, tú te portarás esforzadamente en la batalla, pero Dios te hará caer ante el enemigo, porque Dios tiene poder para ayudar y para derribar.» (II Crónicas 25, 8)