Fondare 21 Risultati per: guardias

  • Por su parte, los madianitas, llegados a Egipto, le vendieron a Putifar, eunuco de Faraón y capitán de los guardias. (Génesis 37, 36)

  • José fue bajado a Egipto, y le compró un egipcio, Putifar, eunuco de Faraón y jefe de los guardias; le compró a los ismaelitas que le habían bajado allá. (Génesis 39, 1)

  • y les puso bajo la custodia en casa del jefe de los guardias, en prisión, en el lugar donde estaba detenido José. (Génesis 40, 3)

  • El jefe de los guardias encargó de ellos a José, para que les sirviese. Así pasaban los diás en presidio. (Génesis 40, 4)

  • Faraón se había enojado contra sus siervos y me había puesto bajo custodia en casa del jefe de los guardias a mí y al jefe de panaderos. (Génesis 41, 10)

  • Había allí con nosotros un muchacho hebreo, siervo del jefe de los guardias. Le contamos nuestro sueño, y él nos dio el sentido propio de cada cual. (Génesis 41, 12)

  • Llegaron y llamaron a los guardias de la ciudad y se lo anunciaron diciendo: «Hemos ido al campamento de Aram y no hay nadie, ninguna voz de hombre; sólo los caballos atados, los asnos atados y las tiendas intactas.» (II Reyes 7, 10)

  • Reconstruida la muralla, y una vez que hube fijado las hojas de las puertas, se colocaron guardias en las puertas (cantores y levitas). (Nehemías 7, 1)

  • Me encontraron los centinelas, los que hacen la ronda en la ciudad. Me golpearon, me hirieron, me quitaron de encima mi chal los guardias de las murallas. (Cantar 5, 7)

  • tus guardias como langostas, y tus escribas como enjambres de insectos, que se posan en las tapias en un día de frío; sale el sol y se van, y nadie sabe dónde. ¡Ay, cómo están (Nahún 3, 17)

  • Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. (Mateo 28, 4)

  • Se enteraron los fariseos que la gente hacía estos comentarios acerca de él y enviaron guardias para detenerle. (Juan 7, 32)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina