Fondare 228 Risultati per: discípulos

  • Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» (Juan 20, 19)

  • Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. (Juan 20, 20)

  • Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» (Juan 20, 24)

  • Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros.» (Juan 20, 26)

  • Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. (Juan 20, 30)

  • Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. (Juan 21, 1)

  • Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. (Juan 21, 2)

  • Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. (Juan 21, 4)

  • Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. (Juan 21, 8)

  • Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor. (Juan 21, 12)

  • Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos. (Juan 21, 14)

  • Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana. (Hechos 6, 1)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina