Fondare 204 Risultati per: cuerpo

  • que habéis cometido introduciendo extranjeros incircuncisos de corazón y de cuerpo para que estuvieran en mi santuario y profanaran mi Casa, cuando me ofrecíais mi alimento, grasa y sangre; así habéis roto mi alianza con todas vuestras abominaciones. (Ezequiel 44, 7)

  • Así dice el Señor Yahveh: Ningún extranjero, incircunciso de corazón y de cuerpo, entrará en mi santuario, ninguno de los extranjeros que viven en medio de los israelitas. (Ezequiel 44, 9)

  • Los sátrapas, prefectos, gobernadores y consejeros del rey se reunieron para ver a estos hombres: el fuego no había tenido ningún poder sobre su cuerpo, los cabellos de su cabeza no estaban chamuscados, sus mantos no se habían alterado, y ni el olor del fuego se les había pegado. (Daniel 3, 94)

  • Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sadrak, Mesak y Abed Negó, que ha enviado a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios. (Daniel 3, 95)

  • Y al punto se cumplió la palabra en Nabucodonosor: fue arrojado de entre los hombres, se alimentó de hierba como los bueyes, su cuerpo fue bañado del rocío del cielo, hasta crecerle sus cabellos como plumas de águila y sus uñas como las de las aves. (Daniel 4, 30)

  • Fue expulsado de entre los hombres y su corazón se hizo semejante al de las bestias; estuvo conviviendo con los onagros; se alimentó de hierba como los bueyes, y su cuerpo fue bañado del rocío del cielo, hasta que reconoció que el Dios Altísimo domina sobre el reino de los hombres y pone en él a quien le place. (Daniel 5, 21)

  • Miré entonces, atraído por el ruido de las grandes cosas que decía el cuerno, y estuve mirando hasta que la bestia fue muerta y su cuerpo destrozado y arrojado a la llama de fuego. (Daniel 7, 11)

  • su cuerpo era como de crisólito, su rostro, como el aspecto del relámpago, sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y sus piernas como el fulgor del bronce bruñido, y el son de sus palabras como el ruido de una multitud. (Daniel 10, 6)

  • Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. (Mateo 5, 29)

  • Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna. (Mateo 5, 30)

  • «La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; (Mateo 6, 22)

  • pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá! (Mateo 6, 23)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina