Fondare 176 Risultati per: conversión de Pablo

  • Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó las regiones altas y llegó a Efeso donde encontró algunos discípulos; (Hechos 19, 1)

  • Pablo añadió: «Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, o sea en Jesús.» (Hechos 19, 4)

  • Y, habiéndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. (Hechos 19, 6)

  • Dios obraba por medio de Pablo milagros no comunes, (Hechos 19, 11)

  • Algunos exorcistas judíos ambulantes intentaron también invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, y decían: «Os conjuro por Jesús a quien predica Pablo.» (Hechos 19, 13)

  • Pero el espíritu malo les respondió: «A Jesús le conozco y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?» (Hechos 19, 15)

  • Después de estos sucesos, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén pasando por Macedonia y Acaya. Y decía: «Después de estar allí he de visitar también Roma.» (Hechos 19, 21)

  • pero estáis viendo y oyendo decir que no solamente en Efeso, sino en casi toda el Asia, ese Pablo persuade y aparta a mucha gente, diciendo que no son dioses los que se fabrican con las manos. (Hechos 19, 26)

  • La ciudad se llenó de confusión. Todos a una se precipitaron en el teatro arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de viaje de Pablo. (Hechos 19, 29)

  • Pablo quiso entrar y presentarse al pueblo, pero se lo impidieron los discípulos. (Hechos 19, 30)

  • Cuando hubo cesado el tumulto, Pablo mandó llamar a los discípulos, los animó, se despidió de ellos y salió camino de Macedonia. (Hechos 20, 1)

  • El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan, Pablo, que debía marchar al día siguiente, conversaba con ellos y alargó la charla hasta la media noche. (Hechos 20, 7)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina