Fondare 502 Risultati per: cielo abierto

  • Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco (Hechos 1, 10)

  • que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo.» (Hechos 1, 11)

  • De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. (Hechos 2, 2)

  • Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. (Hechos 2, 5)

  • Haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra. (Hechos 2, 19)

  • a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus santos profetas. (Hechos 3, 21)

  • Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos.» (Hechos 4, 12)

  • Al oírlo, todos a una elevaron su voz a Dios y dijeron: «Señor, tú que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, (Hechos 4, 24)

  • Entonces Dios se apartó de ellos y los entregó al culto del ejército del cielo, como está escrito en el libro de los Profetas: ¿Es que me ofrecisteis víctimas y sacrificios durante cuarenta años en el desierto, casa de Israel? (Hechos 7, 42)

  • El cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies. Dice el Señor: ¿Qué Casa me edificaréis? O ¿cuál será el lugar de mi descanso? (Hechos 7, 49)

  • Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios; (Hechos 7, 55)

  • Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo, (Hechos 9, 3)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina