Fondare 129 Risultati per: belleza interior

  • Tenía puesto el velo, pero aquellos miserables ordenaron que se le quitase el velo para saciarse de su belleza. (Daniel 13, 32)

  • La Belleza es deportada, arrancada, sus siervas gimen, como gemido de palomas, y se golpean el corazón. (Nahún 2, 8)

  • ¡Ay de quien dice al madero: «Despierta», «Levántate», a la piedra muda! ¿Da ello algún oráculo? ¡Está, sí, cubierto de oro y plata, pero ni un soplo en su interior! (Habacuc 2, 19)

  • Oráculo. Palabra de Yahveh sobre Israel. Oráculo de Yahveh, el que despliega los cielos, funda la tierra y forma el espíritu del hombre en su interior. (Zacarías 12, 1)

  • y no creáis que basta con decir en vuestro interior: "Tenemos por padre a Abraham"; porque os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham. (Mateo 3, 9)

  • Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? (Marcos 2, 8)

  • Subió entonces donde ellos a la barca, y amainó el viento, y quedaron en su interior completamente estupefactos, (Marcos 6, 51)

  • Dad, pues, frutos dignos de conversión, y no andéis diciendo en vuestro interior: "Tenemos por padre a Abraham"; porque os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham. (Lucas 3, 8)

  • ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? (Lucas 11, 40)

  • El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: "¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. (Lucas 18, 11)

  • Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? (Juan 6, 61)

  • Entonces Jesús se conmovió de nuevo en su interior y fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía puesta encima una piedra. (Juan 11, 38)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina