Fondare 101 Risultati per: Set

  • Por entonces, Tattenay, sátrapa de Transeufratina, Setar Boznay y sus colegas vinieron donde ellos y les preguntaron: «¿Quién os ha autorizado a construir esta Casa y a rematar este santuario? (Esdras 5, 3)

  • Copia de la carta que Tattenay, sátrapa de Transeufratina, Setar Boznay y sus colegas, las autoridades de Transeufratina, remitieron al rey Darío. (Esdras 5, 6)

  • «Ahora, pues, Tattenay, sátrapa de Transeufratina, Setar Boznay y vosotros, sus colegas, las autoridades de Transeufratina, retiraos de allí; (Esdras 6, 6)

  • Entonces Tattenay, sátrapa de Transeufratina, Setar Boznay y sus colegas ejecutaron exactamente las instrucciones mandadas par el rey Darío. (Esdras 6, 13)

  • de los hijos de Elam: Isaías, hijo de Atalías, y con él setenta varones; (Esdras 8, 7)

  • y de los hijos de Bigvay: Utay, hijo de Zabud, y con él setenta varones. (Esdras 8, 14)

  • Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Setay, los hijos de Soféret, los hijos de Peridá, (Nehemías 7, 57)

  • rodeó esta ciudad con un muro de piedras de sillería que tenían tres codos de anchura y seis codos de longitud, dando al muro una altura de setenta codos y una anchura de cincuenta. (Judit 1, 2)

  • Las puertas se elevaban a setenta codos de altura, con una anchura de cuarenta codos, para permitir la salida de sus fuerzas y el desfile ordenado de la infantería. (Judit 1, 4)

  • hizo, pues, venir a Karsená, Setar, Admatá, Tarsis, Meres, Marsená y Memukán, los siete jefes de los persas y los medos que eran admitidos a la presencia del rey y ocupaban los primeros puestos del reino, (Ester 1, 14)

  • Los años de nuestra vida son unos setenta, u ochenta, si hay vigor; mas son la mayor parte trabajo y vanidad, pues pasan presto y nosotros nos volamos. (Salmos 90, 10)

  • El camino del perezoso es como un seto de espinos. la senda de los rectos es llana. (Proverbios 15, 19)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina