Fondare 2293 Risultati per: Pero

  • Acercándoos a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero elegida, preciosa ante Dios, (I Pedro 2, 4)

  • Para vosotros, pues, creyentes, el honor; pero para los incrédulos, la piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido, (I Pedro 2, 7)

  • Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz (I Pedro 2, 9)

  • vosotros que en un tiempo no erais pueblo y que ahora sois el Pueblo de Dios, de los que antes no se tuvo compasión, pero ahora son compadecidos. (I Pedro 2, 10)

  • ¿Pues qué gloria hay en soportar los golpes cuando habéis faltado? Pero si obrando el bien soportáis el sufrimiento, esto es cosa bella ante Dios. (I Pedro 2, 20)

  • Erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas. (I Pedro 2, 25)

  • Pues los ojos del Señor miran a los justos y sus oídos escuchan su oración, pero el rostro del Señor contra los que obran el mal. (I Pedro 3, 12)

  • Pero hacedlo con dulzura y respeto. Mantened una buena conciencia, para que aquello mismo que os echen en cara, sirva de confusión a quienes critiquen vuestra buena conducta en Cristo. (I Pedro 3, 16)

  • pero si es por cristiano, que no se avergüence, que glorifique a Dios por llevar este nombre. (I Pedro 4, 16)

  • Pero pondré empeño en que, en todo monento, después de mi partida, podáis recordar estas cosas. (II Pedro 1, 15)

  • Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; (II Pedro 1, 20)

  • Pero éstos, como animales irracionales, destinados por naturaleza a ser cazados y muertos, que injurian lo que ignoran, con muerte de animales morirán, (II Pedro 2, 12)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina