Fondare 367 Risultati per: Altar

  • que ya los sacerdotes no sentían celo por el servicio del altar, sino que despreciaban el Templo; descuidando los sacrificios, en cuanto se daba la señal con el gong se apresuraban a tomar parte en los ejercicios de la palestra contrarios a la ley; (II Macabeos 4, 14)

  • El altar estaba repleto de víctimas ilícitas, prohibidas por las leyes. (II Macabeos 6, 5)

  • Después de haber purificado el Templo, hicieron otro altar; tomando fuego de pedernal del que habían sacado chispas, tras dos años de intervalo ofrecieron sacrificios, el incienso y las lámparas, y colocaron los panes de la Presencia. (II Macabeos 10, 3)

  • y, postrándose delante del Altar, a su pie, pedían a Dios que, mostrándose propicio con ellos, se hiciera enemigo de sus enemigos y adversario de sus adversarios, como declara la Ley. (II Macabeos 10, 26)

  • Y muy justamente fue así, pues, después de haber cometido muchos pecados contra el altar, cuyo fuego y ceniza eran sagrados, en la ceniza encontró la muerte. (II Macabeos 13, 8)

  • Un tal Alcimo, que antes había sido sumo sacerdote, pero que se había contaminado voluntariamente en tiempo de la rebelión, pensando que de ninguna forma había para él salvación ni acceso posible al altar sagrado, (II Macabeos 14, 3)

  • Entonces él extendiendo la diestra hacia el santuario, hizo este juramento: «Si no me entregáis encadenado a Judas, arrasaré este recinto sagrado de Dios, destruiré el altar, y aquí mismo levantaré un espléndido Templo a Dióniso.» (II Macabeos 14, 33)

  • Llegado allí convocó a sus compatriotas, puso a los sacerdotes ante el altar y mandó buscar a los de la Ciudadela. (II Macabeos 15, 31)

  • tú me ordenaste edificar un santuario en tu monte santo y un altar en la ciudad donde habitas, imitación de la Tienda santa que habías preparado desde el principio. (Sabiduría 9, 8)

  • La ofrenda del justo unge el altar, su buen olor sube ante el Altísimo. (Eclesiástico 35, 5)

  • Ante el altar instituyó salmistas y con sus voces dio dulzura a los cantos. (Eclesiástico 47, 9)

  • Cuando se ponía la vestidura de gala y se vestía sus elegantes ornamentos, al subir al santo altar, llenaba de gloria el recinto del santuario. (Eclesiástico 50, 11)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina