Fondare 1148 Risultati per: Alegría de David
Se sentó el rey en su asiento, como de costumbre, en el asiento de la pared; Jonatán se sentó enfrente y Abner al lado de Saúl; el asiento de David quedó vacío. (I Samuel 20, 25)
Al día siguiente del novilunio, el segundo día, se fijaron en el asiento de David, y Saúl dijo a su hijo Jonatán: ¿Por qué no ha venido a comer ni ayer ni hoy el hijo de Jesé?» (I Samuel 20, 27)
Jonatán respondió a Saúl: «David me pidió con insistencia poder ir a Belén. (I Samuel 20, 28)
Blandió Saúl su lanza contra él para herirle y comprendió Jonatán que por parte de su padre la muerte de David era cosa decidida. (I Samuel 20, 33)
Se levantó Jonatán de la mesa ardiendo en ira y no comió el segundo día del novilunio, pues estaba afligido por David, porque su padre le había injuriado. (I Samuel 20, 34)
A la mañana siguiente salió Jonatán con un muchacho al campo, a la hora acordada con David. (I Samuel 20, 35)
El muchacho no se enteró de nada. Solamente lo entendían Jonatán y David. (I Samuel 20, 39)
Se marchó el muchacho y David se levantó de junto a la loma y, cayendo sobre su rostro en tierra, se postró tres veces. Se abrazaron los dos y lloraron copiosamente. (I Samuel 20, 41)
Dijo Jonatán a David: Vete en paz, ya que nos hemos jurado en nombre de Yahveh: "Que Yahveh esté entre tú y yo, entre mi descendencia y la tuya para siempre."» (I Samuel 20, 42)
Se levantó David y se fue, y Jonatán volvió a la ciudad. (I Samuel 21, 1)
Llegó David a Nob, donde el sacerdote Ajimélek; vino Ajimélek temblando al encuentro de David y le preguntó: « Por qué vienes solo y no hay nadie contigo?» (I Samuel 21, 2)
Respondió David al sacerdote Ajimélek: «El rey me ha dado una orden y me ha dicho: «Que nadie sepa el asunto a que te mando y lo que te ordeno.» A los muchachos los he citado en tal lugar. (I Samuel 21, 3)