Fondare 1741 Risultati per: uno

  • El saludo es de mi puño y letra. Esta es la señal característica de todas mis cartas: así escribo yo, Pablo. (II Tesalonicenses 3, 17)

  • Por haberse apartado de esto, algunos terminaron en pura palabrería (I Timoteo 1, 6)

  • conservando la fe y la buena conciencia. Por no haber tenido una buena conciencia algunos fracasaron en la fe, (I Timoteo 1, 19)

  • El Espíritu afirma claramente que en los últimos tiempos habrá algunos que renegarán de su fe, para entregarse a espíritus seductores y doctrinas demoníacas, (I Timoteo 4, 1)

  • Porque la avaricia es la raíz de todos los males, y al dejarse llevar por ella, algunos perdieron la fe y se ocasionaron innumerables sufrimientos. (I Timoteo 6, 10)

  • ya que por haberla profesado, algunos se han apartado de la fe. Que la gracia de Dios esté con ustedes. (I Timoteo 6, 21)

  • que se apartaron de la verdad, afirmando que la resurrección ya se ha realizado, y así han pervertido la fe de algunos. (II Timoteo 2, 18)

  • En una casa grande, no todos los recipientes son de oro o de plata, sino que también hay recipientes de madera y de barro. Unos se destinan a usos nobles, y otros, a usos comunes. (II Timoteo 2, 20)

  • Uno de ellos, su propio profeta, ha dicho: «Cretenses, eternos mentirosos, animales perversos, glotones y perezosos». (Tito 1, 12)

  • Porque también nosotros antes éramos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los malos deseos y de toda clase de placeres, y vivíamos en la maldad y la envidia, siendo objeto de odio y odiándonos los unos a los otros. (Tito 3, 3)

  • Lo pagaré yo, Pablo, que firmo esta carta de mi puño y letra. No quiero recordarte que tú también eres mi deudor, y la deuda eres tú mismo. (Filemon 1, 19)

  • Tengan cuidado, hermanos, no sea que alguno de ustedes tenga un corazón tan malo que se aparte del Dios viviente por su incredulidad. (Hebreos 3, 12)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina