Fondare 18 Risultati per: tuya
No tendrás relaciones con la hija de una mujer de tu padre: ella es descendiente de tu padre, hermana tuya, y tú no debes tener relaciones con ella. (Levítico 18, 11)
Aquel día, Moisés hizo esta promesa, ratificándola con un juramento: ‘La tierra que pisaron tus pies será herencia tuya y de tus hijos para siempre, porque te has mantenido plenamente fiel al Señor, mi Dios’. (Josué 14, 9)
Saúl se enfureció contra Jonatán y le dijo: "¡Hijo de una mala mujer! ¿Acaso yo no sé que tú estás de parte del hijo de Jesé, para vergüenza tuya y deshonra de tu madre? (I Samuel 20, 30)
Entonces Jonatán dijo a David: "Vete en paz, ya que los dos nos hemos hecho un juramento en nombre del Señor, diciendo: ‘Que el Señor esté entre tú y yo, entre mi descendencia y la tuya para siempre’". (I Samuel 20, 42)
A la hora en que se ofrece la oblación, el profeta Elías se adelantó y dijo: "¡Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel! Que hoy se sepa que tú eres Dios en Israel, que yo soy tu servidor y que por orden tuya hice todas estas cosas. (I Reyes 18, 36)
Luego preguntó a Josafat: "¿Irías conmigo a combatir a Ramot de Galaad?". Josafat respondió al rey de Israel: "Cuenta conmigo como contigo mismo, con mi gente como con la tuya, con mis caballos como con los tuyos". (I Reyes 22, 4)
Luego partió y mandó decir a Josafat, rey de Judá: "El rey de Moab se ha sublevado contra mí; ¿quieres venir conmigo a combatir contra Moab?". Josafat respondió: "Sí, subiré; cuenta conmigo como contigo mismo, con mi gente como con la tuya, con mis caballos como con los tuyos". (II Reyes 3, 7)
Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra. Tuyo, Señor, es el reino; tú te elevas por encima de todo. (I Crónicas 29, 11)
Ajab, rey de Israel, dijo a Josafat, rey de Judá: "¿Irías conmigo contra Ramot de Galaad?". Josafat respondió al rey de Israel: "Cuenta conmigo como contigo mismo, con mi gente como con la tuya". (II Crónicas 18, 3)
Pero Tobías le replicó: "No comeré ni beberé hasta que hayas tomado una decisión sobre este asunto". Ragüel le respondió: "¡Está bien! Ella te corresponde a ti según lo prescrito en la Ley de Moisés, y el Cielo decreta que te sea dada. Recibe a tu hermana. Desde ahora, tú eres su hermano y ella es tu hermana. A partir de hoy, es tuya para siempre. Que el Señor los asista esta noche, hijo mío, y les conceda su misericordia y su paz". (Tobías 7, 12)
Y ahora, Señor, Dios y Rey, Dios de Abraham, perdónale la vida a tu pueblo, porque están mirando cómo destruirnos y ansían exterminar la herencia que ha sido tuya desde siempre. (Ester 13, 15)
¿Por una orden tuya levanta vuelo el águila y pone su nido en las alturas? (Job 39, 27)