Fondare 1169 Risultati per: templo de Jerusalén
David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los oficiales de Hadadézer, y se los llevó a Jerusalén. (II Samuel 8, 7)
y este habitaba en Jerusalén, porque compartía siempre la mesa del rey. Meribaal rengueaba de ambos pies. (II Samuel 9, 13)
Cuando los amonitas vieron que los arameos habían huido, también ellos huyeron delante de Abisai y entraron en la ciudad. Joab, por su parte, suspendió su campaña contra los amonitas y volvió a Jerusalén. (II Samuel 10, 14)
Al comienzo del año, en la época en que los reyes salen de campaña, David envió a Joab con sus servidores y todo Israel, y ellos arrasaron a los amonitas y sitiaron Rabá. Mientras tanto, David permanecía en Jerusalén. (II Samuel 11, 1)
David dijo entonces a Urías: "Quédate aquí todavía hoy, y mañana te dejaré partir". Urías se quedó en Jerusalén aquel día y el día siguiente. (II Samuel 11, 12)
En cuanto a la población, la hizo salir de la ciudad, la obligó a trabajar con sierras, con picos de hierro y hachas, y la empleó en los hornos de ladrillos. Lo mismo hizo con todas las ciudades de los amonitas. Luego David y todo el ejército se volvieron a Jerusalén. (II Samuel 12, 31)
Después Joab partió para Guesur y trajo a Absalón a Jerusalén. (II Samuel 14, 23)
Absalón estuvo tres años en Jerusalén sin ver al rey. (II Samuel 14, 28)
Porque mientras estaba en Guesur de Arám, tu servidor pronunció este voto: ‘Si el Señor me hace volver a Jerusalén, iré a rendirle culto en Hebrón’". (II Samuel 15, 8)
Junto con Absalón partieron de Jerusalén doscientos hombres, invitados por él, que iban con toda inocencia, sin sospechar nada del asunto. (II Samuel 15, 11)
dijo a todos sus servidores que estaban con él en Jerusalén: "¡Rápido, huyamos! Si Absalón se nos pone delante, no tendremos escapatoria. ¡Apúrense a partir, no sea que él nos sorprenda, que precipite la desgracia sobre nosotros y pase la ciudad al filo de la espada!". (II Samuel 15, 14)
Entonces Sadoc y Abiatar llevaron de vuelta el Arca de Dios a Jerusalén, y permanecieron allí. (II Samuel 15, 29)