Fondare 379 Risultati per: sangre

  • En ti, los príncipes de Israel se valen de su poder sólo para derramar sangre. (Ezequiel 22, 6)

  • En ti hay calumniadores que incitan a derramar sangre y hay gente que participa de las comidas sagradas en las montañas. En ti se cometen ignominias: (Ezequiel 22, 9)

  • En ti se acepta soborno para derramar sangre. Practicas la usura y prestas a interés, extorsionas a tu prójimo y te olvidas de mí -oráculo del Señor-. (Ezequiel 22, 12)

  • Pero yo voy a golpear con las palmas de mis manos, a causa de las ganancias que has obtenido y de la sangre que corre en medio de ti. (Ezequiel 22, 13)

  • Sus jefes, en medio de la ciudad, son como lobos que despedazan la presa, derramando sangre y haciendo perecer a la gente, a fin de acumular ganancias. (Ezequiel 22, 27)

  • porque han sido adúlteras y hay sangre en sus manos; han cometido adulterios con sus ídolos y les han ofrecido como alimento a mis hijos, los que ellas me habían engendrado, (Ezequiel 23, 37)

  • Pero hombres justos las juzgarán como se juzga a las adúlteras y a las sanguinarias, porque son adúlteras y hay sangre en sus manos. (Ezequiel 23, 45)

  • Porque la sangre que derramó está en medio de ella: la puso sobre la roca desnuda, no la derramó por tierra ni la cubrió con el polvo. (Ezequiel 24, 7)

  • Para que desborde mi ira, para dar lugar a mi venganza, he puesto su sangre sobre la roca desnuda, a fin de que no sea cubierta. (Ezequiel 24, 8)

  • Enviaré la peste contra ella y la sangre correrá por sus calles; las víctimas caerán bajo la espada alzada contra ella de todas partes. Así se sabrá que yo soy el Señor. (Ezequiel 28, 23)

  • Regaré la tierra con el flujo de tu sangre hasta la cima de las montañas, y los cauces de los ríos se llenarán de ella. (Ezequiel 32, 6)

  • Si alguien escucha el sonido de la trompeta, pero no hace caso de la alarma, y entonces llega la espada y lo mata, la sangre de este hombre recaerá sobre su propia cabeza. (Ezequiel 33, 4)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina