Fondare 476 Risultati per: sacerdote

  • Por lo tanto, si se encuentra entre ustedes algún hombre indeseable que haya huido del país de los judíos, entréguenlo al Sumo Sacerdote Simón, para que lo castigue de acuerdo con su ley". (I Macabeos 15, 21)

  • Redactaron, además, una copia de esta carta para el Sumo Sacerdote Simón. (I Macabeos 15, 24)

  • por ser yerno del Sumo Sacerdote. (I Macabeos 16, 12)

  • todo esto está escrito en los Anales de su pontificado, a partir del día en que sucedió a su padre como Sumo Sacerdote. (I Macabeos 16, 24)

  • Cuando la Ciudad santa se encontraba en completa paz y las leyes se observaban a la perfección, gracias a la piedad y a la rectitud del Sumo Sacerdote Onías, (II Macabeos 3, 1)

  • Pero un tal Simón, de la familia de Bilgá, que había sido designado administrador del Templo, tuvo diferencias con el Sumo Sacerdote en lo relativo al control de los mercados de la ciudad. (II Macabeos 3, 4)

  • Al llegar a Jerusalén, fue recibido amistosamente por el Sumo Sacerdote de la ciudad, al que informó sobre la denuncia que se había hecho y le manifestó el motivo de su presencia, preguntándole si todo eso era verdad. (II Macabeos 3, 9)

  • El Sumo Sacerdote le explicó que se trataba de unos depósitos pertenecientes a las viudas y a los huérfanos, (II Macabeos 3, 10)

  • A uno se le partía el alma con solo mirar el rostro del Sumo Sacerdote, porque su aspecto y su palidez revelaban la angustia de su alma. (II Macabeos 3, 16)

  • Daba pena ver a la muchedumbre postrada desordenadamente, y al Sumo Sacerdote lleno de ansiedad y de angustia. (II Macabeos 3, 21)

  • El Sumo Sacerdote, temiendo que el rey sospechara que los judíos habían atentado contra Heliodoro, ofreció un sacrificio por su curación. (II Macabeos 3, 32)

  • Mientras el Sumo Sacerdote ofrecía el sacrificio de expiación, se aparecieron otra vez a Heliodoro los mismos jóvenes, cubiertos con las mismas vestiduras y, puestos de pie, le dijeron: "Da muchas gracias al Sumo Sacerdote Onías, porque por su intercesión el Señor te concede la vida. (II Macabeos 3, 33)


“Seja modesto no olhar.” São Padre Pio de Pietrelcina