Fondare 107 Risultati per: refugio

  • Pero ahora, hace muy poco tiempo, el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto de sobrevivientes y de darnos un refugio en su Lugar santo. Así nuestro Dios ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud. (Esdras 9, 8)

  • Porque nosotros estamos sometidos; pero nuestro Dios no nos ha abandonado en medio de la servidumbre. Él nos obtuvo el favor de los reyes de Persia, para animarnos a levantar la Casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas, y para darnos un refugio seguro en Judá y en Jerusalén. (Esdras 9, 9)

  • Porque tu fuerza no está en el número ni tu dominio en los fuertes, sino que tú eres el Dios de los humildes, el defensor de los desvalidos, el apoyo de los débiles, el refugio de los abandonados y el salvador de los desesperados. (Judit 9, 11)

  • La reina Ester, presa de una angustia mortal, también buscó refugio en el Señor. (Ester 14, 1)

  • Pero los ojos de los malvados se consumen, les falta todo refugio y el último suspiro será su única esperanza. (Job 11, 20)

  • Empapados por el aguacero de las montañas, sin refugio, se acurrucan contra las rocas. (Job 24, 8)

  • Señor, Dios mío, en ti me refugio: sálvame de todos los que me persiguen; (Salmos 7, 2)

  • Del maestro de coro. De David. Yo tengo mi refugio en el Señor, ¿cómo pueden decirme entonces: "Escapa a la montaña como un pájaro, (Salmos 11, 1)

  • Ustedes se burlan de las aspiraciones del pobre, pero el Señor es su refugio. (Salmos 14, 6)

  • Mictán de David. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. (Salmos 16, 1)

  • Muestra las maravillas de tu gracia, tú que salvas de los agresores a los que buscan refugio a tu derecha. (Salmos 17, 7)

  • Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador, mi Dios, el peñasco en que me refugio, mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte. (Salmos 18, 3)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina