Fondare 29 Risultati per: prisionero
sin embargo, va ser consumido, cuando Asur te lleve prisionero". (Números 24, 22)
Los filisteos lo tomaron prisionero, le vaciaron los ojos y lo hicieron bajar a Gaza. Allí lo ataron con una doble cadena de bronce, y él hacía rodar el molino en la cárcel. (Jueces 16, 21)
Joás, rey de Israel, tomó prisionero en Bet Semes a Amasías, hijo de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá. Luego fue a Jerusalén y abrió una brecha de doscientos metros en el muro de Jerusalén, desde la puerta de Efraím hasta la puerta del Ángulo. (II Reyes 14, 13)
Además, designó rey a Eliaquím, hijo de Josías, como sucesor de su padre, y le cambió su nombre por el de Joaquím. A Joacaz lo tomó prisionero y se lo llevó a Egipto, donde murió. (II Reyes 23, 34)
Le hizo cambiar su ropa de prisionero, y Joaquín comió siempre en su presencia, durante toda su vida. (II Reyes 25, 29)
Los descendientes de Jeconías, el prisionero, fueron Sealtiel, (I Crónicas 3, 17)
Joás, rey de Israel, tomó prisionero en Bet Semes a Amasías, hijo de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá. Lo llevó a Jerusalén y abrió una brecha de doscientos metros en el muro de Jerusalén, desde la puerta de Efraím hasta la puerta del Ángulo. (II Crónicas 25, 23)
El rey de Egipto designó a Eliaquím, hermano de Joacaz, rey de Judá y de Jerusalén, y le cambió su nombre por el de Joaquím. A su hermano Joacaz, Necao lo tomó prisionero y se lo llevó a Egipto. (II Crónicas 36, 4)
Al comienzo del año, el rey Nabucodonosor mandó que lo llevaran prisionero a Babilonia, junto con los objetos preciosos de la Casa del Señor, y proclamó rey de Judá y de Jerusalén a su pariente Sedecías. (II Crónicas 36, 10)
Además, hizo prisionero a Arfaxad en las montañas de Ragau, lo acribilló con sus jabalinas, y lo aniquiló para siempre. (Judit 1, 15)
Apartaste de mí a mis conocidos, me hiciste despreciable a sus ojos; estoy prisionero, sin poder salir, (Salmos 88, 9)
lo tomaron prisionero y le impusieron, a él y a sus sucesores, un fuerte tributo, además de la entrega de rehenes y la cesión (I Macabeos 8, 7)