Fondare 27 Risultati per: poderosa
También al extranjero, que no pertenece a tu pueblo Israel, y llegue de un país lejano a causa de tu gran Nombre, de tu mano poderosa y de tu brazo extendido, si él viene a orar hacia esta Casa, (II Crónicas 6, 32)
Y ahora, ¡levántate, Señor Dios, entra en el lugar de tu Reposo, tú y tu Arca poderosa! ¡Que tus sacerdotes se revistan de la salvación y tus fieles gocen de felicidad! (II Crónicas 6, 41)
al que cabalga por el cielo, por el cielo antiquísimo! Él hace oír su voz poderosa, (Salmos 68, 34)
¡Levántate, Señor, entra en el lugar de tu Reposo, tú y tu Arca poderosa! (Salmos 132, 8)
Señor, mi Señor, mi ayuda poderosa, recubre mi cabeza en el momento del combate. (Salmos 140, 8)
Estos, al ver el ejército que se les venía encima, dijeron a Judas: "¿Cómo, siendo tan pocos, podremos combatir con una multitud tan poderosa? Además, estamos extenuados porque hoy no hemos comido nada en todo el día". (I Macabeos 3, 17)
lo protegió contra sus enemigos y lo defendió de los que acechaban contra él; y le otorgó la palma en un rudo combate, para que supiera que la piedad es más poderosa que todo. (Sabiduría 10, 12)
El más pequeño se convertirá en un millar, el menor, en una nación poderosa. Yo, el Señor, lo haré rápidamente, a su tiempo. (Isaías 60, 22)
Ellos entonarán por ti esta lamentación: "¡Cómo has desaparecido, barrida por los mares, tú, ciudad tan ilustre, poderosa en el mar, cuyos habitantes infundían terror en todo el continente! (Ezequiel 26, 17)
Y ahora, Señor, Dios nuestro, que hiciste salir a tu pueblo del país de Egipto con mano poderosa, y así te ganaste un renombre que perdura hasta el día de hoy, nosotros hemos pecado y hemos hecho el mal. (Daniel 9, 15)
De las tullidas, haré un resto, y de las alejadas, una nación poderosa. Y el Señor reinará sobre ellas en la montaña de Sión, desde ahora y para siempre. (Miqueas 4, 7)
Él es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser. Él sostiene el universo con su Palabra poderosa, y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo. (Hebreos 1, 3)