Fondare 484 Risultati per: pecado de relaciones

  • Él ofrecerá su propio novillo como sacrificio por el pecado, y practicará el rito de expiación por sí mismo y por su familia. (Levítico 16, 6)

  • Presentará el chivo que la suerte haya destinado al Señor, y lo ofrecerá como sacrificio por el pecado. (Levítico 16, 9)

  • Aarón ofrecerá su propio novillo como sacrificio por el pecado y practicará el rito de expiación por sí mismo y por su familia. Lo inmolará, (Levítico 16, 11)

  • En seguida inmolará el chivo para el sacrificio por el pecado del pueblo y llevará su sangre detrás del velo. Allí hará con ella lo mismo que hizo con la sangre del novillo: hará las aspersiones sobre la tapa y delante de ella. (Levítico 16, 15)

  • Las partes grasosas de la víctima del sacrificio por el pecado, las hará arder sobre el altar. (Levítico 16, 25)

  • El novillo del sacrificio por el pecado y el chivo del sacrificio por el pecado -cuya sangre fue introducida en el Santuario para el rito de expiación- serán sacados fuera del campamento, y su cuero, su carne y sus excrementos serán consumidos por el fuego. (Levítico 16, 27)

  • Ninguno de ustedes se acercará a una mujer de su propia sangre para tener relaciones con ella. Yo soy el Señor. (Levítico 18, 6)

  • No tendrás relaciones con tu madre, la esposa de tu padre: ella es tu madre, y tú no debes tener relaciones con ella. (Levítico 18, 7)

  • No tendrás relaciones con la mujer de tu padre: ella es la misma carne de tu padre. (Levítico 18, 8)

  • No tendrás relaciones con tu hermana, sea hija de tu padre o de tu madre, sea que haya nacido en la casa o fuera de ella. (Levítico 18, 9)

  • No tendrás relaciones con tu nieta, sea por parte de tu hijo o de tu hija, porque es tu misma carne. (Levítico 18, 10)

  • No tendrás relaciones con la hija de una mujer de tu padre: ella es descendiente de tu padre, hermana tuya, y tú no debes tener relaciones con ella. (Levítico 18, 11)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina