Fondare 906 Risultati per: ojo

  • Moisés hizo partir a los israelitas del Mar Rojo. Ellos se dirigieron hacia el desierto de Sur, y después de caminar tres días por ese desierto sin encontrar agua, (Exodo 15, 22)

  • Moisés invocó al Señor, y el Señor le indicó un árbol. Moisés arrojó un trozo de él en el agua, y esta se volvió dulce. Allí el Señor les impuso una legislación y un derecho, y allí los puso a prueba. (Exodo 15, 25)

  • Luego les dijo: "Si escuchas realmente la voz del Señor, tu Dios, y practicas lo que es recto a sus ojos, si prestas atención a sus mandamientos y observas todos sus preceptos, no te infligiré ninguna de las enfermedades que envié contra Egipto, porque yo, el Señor, soy el que te da la salud". (Exodo 15, 26)

  • ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, (Exodo 21, 24)

  • Si un hombre golpea en un ojo a su esclavo o a su esclava, y lo deja tuerto, lo pondrá en libertad como compensación por el ojo. (Exodo 21, 26)

  • Si el animal ha sido despedazado por una fiera, traerá como testimonio los despojos y no tendrá que indemnizar por él. (Exodo 22, 12)

  • Extenderé tus dominios desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Éufrates, porque yo pondré en tus manos a los habitantes del país para que los expulses delante de ti. (Exodo 23, 31)

  • El aspecto de la gloria del Señor era a los ojos de los israelitas como un fuego devorador sobre la cumbre de la montaña. (Exodo 24, 17)

  • cueros de carnero teñidos de rojo, pieles finas y madera de acacia; (Exodo 25, 5)

  • Además, tendrás que hacer para la Morada un toldo de pieles de carnero teñido de rojo, y encima de ella otro toldo de cueros finos. (Exodo 26, 14)

  • Lo guarnecerás de piedras preciosas, dispuestas en cuatro hileras: en la primera habrá un jaspe rojo, un topacio y una esmeralda; (Exodo 28, 17)

  • Pero Aarón respondió: "Te ruego, señor, que reprimas tu enojo. Tú sabes muy bien que este pueblo está inclinado al mal. (Exodo 32, 22)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina