Fondare 803 Risultati per: nuevo corazón
y el Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: Si tus hijos vigilan su conducta, caminando delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel. (I Reyes 2, 4)
Y el rey siguió diciendo a Semei: "Tú sabes bien, y tu corazón lo reconoce, todo el daño que hiciste a mi padre David. El Señor hará recaer tu maldad sobre tu cabeza, (I Reyes 2, 44)
Salomón respondió: "Tú has tratado a tu servidor David, mi padre, con gran fidelidad, porque él caminó en tu presencia con lealtad, con justicia y rectitud de corazón; tú le has atestiguado esta gran fidelidad, dándole un hijo que hoy está sentado en su trono. (I Reyes 3, 6)
Concede entonces a tu servidor un corazón comprensivo, para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién sería capaz de juzgar a un pueblo tan grande como el tuyo?". (I Reyes 3, 9)
yo voy a obrar conforme a lo que dices: Te doy un corazón sabio y prudente, de manera que no ha habido nadie como tú antes de ti, ni habrá nadie como tú después de ti. (I Reyes 3, 12)
y dijo: "Señor, Dios de Israel, ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay un Dios como tú, que mantienes la Alianza y eres fiel con tus servidores, cuando caminan delante de ti de todo corazón. (I Reyes 8, 23)
escucha tú desde el cielo: perdona el pecado de tu pueblo Israel y tráelo de nuevo a la tierra que diste a sus padres. (I Reyes 8, 34)
cualquiera sea la oración o la súplica que te dirija un miembro de tu pueblo Israel, sintiéndose tocado en su corazón y con las manos extendidas hacia esta Casa, (I Reyes 8, 38)
escúchalas tú desde el cielo, desde el lugar donde habitas; escucha y actúa: trátalo a cada uno según su conducta, tú que conoces su corazón, porque solo tú conoces el corazón de todos los humanos. (I Reyes 8, 39)
si en el país de los enemigos que los hayan deportado se vuelven hacia ti de todo corazón y con toda el alma, si te suplican en dirección al país que diste a sus padres, a la ciudad que tú has elegido y a la Casa que yo edifiqué para tu Nombre, (I Reyes 8, 48)
¡Que incline nuestro corazón hacia él, para que vayamos por todos sus caminos y observemos sus mandamientos, sus preceptos y sus leyes, que él dio a nuestros padres! (I Reyes 8, 58)
y el corazón de ustedes pertenecerá íntegramente al Señor, nuestro Dios, para caminar según sus preceptos y observar sus mandamientos, como en el día de hoy". (I Reyes 8, 61)