Fondare 367 Risultati per: hijas de Sion

  • Joab fue adentro a ver al rey y le dijo: "¡Hoy has cubierto de oprobio el rostro de tus servidores, esos que hoy han salvado tu vida y la vida de tus hijos y tus hijas, de tus mujeres y concubinas! (II Samuel 19, 6)

  • Entonces Salomón reunió junto a él en Jerusalén, a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los príncipes de las casas paternas de los israelitas, para subir el Arca de la Alianza del Señor desde la Ciudad de David, o sea, desde Sión. (I Reyes 8, 1)

  • Inmolaron a sus hijos y a sus hijas en el fuego, practicaron la adivinación y la magia, y se vendieron para hacer lo que el Señor reprueba, provocando su indignación. (II Reyes 17, 17)

  • Esta es la palabra que el Señor ha pronunciado contra él: Te desprecia, se burla de ti, la virgen hija de Sión; a tus espaldas mueve la cabeza la hija de Jerusalén. (II Reyes 19, 21)

  • Porque de Jerusalén saldrá un resto, y del monte Sión, algunos sobrevivientes. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto. (II Reyes 19, 31)

  • Sesán no tuvo hijos, sino hijas; él tenía también un esclavo egipcio que se llamaba Iarjá, (I Crónicas 2, 34)

  • a quien dio como esposa a una de sus hijas, y esta fue madre de Atai. (I Crónicas 2, 35)

  • Simei tuvo dieciséis hijos y seis hijas; pero sus hermanos no tuvieron muchos hijos, y todos sus clanes no fueron tan numerosos como los descendientes de Judá. (I Crónicas 4, 27)

  • Maquir le dio una esposa a Jupím y otra a Supím. El nombre de su hermana era Maacá. El segundo de sus descendientes se llamaba Selofjad, y este no tuvo más que hijas. (I Crónicas 7, 15)

  • pero estos le dijeron: "¡Aquí no podrás entrar!". A pesar de eso, David conquistó la fortaleza de Sión, que es la Ciudad de David. (I Crónicas 11, 5)

  • David tomó como esposas a otras mujeres en Jerusalén y tuvo más hijos e hijas. (I Crónicas 14, 3)

  • Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, y los hijos de Quis, sus hermanos, las tornaron por esposas. (I Crónicas 23, 22)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina