Fondare 84 Risultati per: consejo

  • Ahora escúchame. Yo te daré un consejo, y que Dios esté contigo. Tú debes representar al pueblo delante de Dios y exponerle los asuntos de la gente. (Exodo 18, 19)

  • Moisés siguió el consejo de su suegro y puso en práctica todo lo que él le había indicado. (Exodo 18, 24)

  • En aquella época, se buscaba el consejo de Ajitófel como un oráculo divino: tal era la estima que tenían por sus consejos tanto David como Absalón. (II Samuel 16, 23)

  • Jusai respondió a Absalón: "Esta vez, el consejo que ha dado Ajitófel no es acertado". (II Samuel 17, 7)

  • Absalón y todos los hombres de Israel dijeron: "¡El consejo de Jusai, el arquita, es mejor que el de Ajitófel!". El Señor, en efecto, había decidido frustrar el acertado consejo de Ajitófel, para provocar la ruina de Absalón. (II Samuel 17, 14)

  • Jusai dijo entonces a los sacerdotes Sadoc y Abiatar: "Ajitófel ha aconsejado tal y tal cosa a Absalón y a los ancianos de Israel, y yo les he dado este otro consejo. (II Samuel 17, 15)

  • Cuando Ajitófel vio que no habían seguido su consejo, ensilló su asno y se fue a su casa, a su ciudad. Puso en orden los asuntos de su casa y se ahorcó. Así murió, y fue sepultado en el sepulcro de su padre. (II Samuel 17, 23)

  • Ahora bien, te voy a dar un consejo para que salves tu vida y la de tu hijo Salomón. (I Reyes 1, 12)

  • Pero él desechó el consejo que le habían dado los ancianos, y fue a consultar a los jóvenes que se habían criado con él y lo servían como asistentes. (I Reyes 12, 8)

  • Pero el rey respondió al pueblo duramente; desechó el consejo que le habían dado los ancianos (I Reyes 12, 13)

  • y, siguiendo el consejo de los jóvenes, les habló así: "Mi padre les impuso un yugo pesado, y yo lo haré más pesado aún; mi padre los castigó con látigos, y yo usaré lonjas con puntas de hierro". (I Reyes 12, 14)

  • El rey de Arám estaba en guerra con Israel. Cuando él se reunía en consejo con sus oficiales y decía: "Acamparé en tal o cual lugar", (II Reyes 6, 8)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina