Fondare 48 Risultati per: arameos
Luego Joab avanzó con sus tropas para enfrentarse con los arameos y estos huyeron delante de él. (I Crónicas 19, 14)
Cuando los amonitas vieron que los arameos habían huido, también ellos huyeron delante de Abisai, el hermano de Joab, y entraron en la ciudad. Joab, por su parte, se volvió a Jerusalén. (I Crónicas 19, 15)
Los arameos, al ver que habían sido vencidos por Israel, enviaron mensajeros para movilizar a los arameos del otro lado del Río. Sofác, el jefe del ejército de Hadadézer, estaba al frente de ellos. (I Crónicas 19, 16)
Cuando informaron de esto a David, él concentró a todo Israel, cruzó el Jordán, llegó adonde ellos estaban y tomó posiciones contra ellos. David se dispuso en orden de batalla frente a los arameos, y estos entraron en combate. (I Crónicas 19, 17)
Los arameos huyeron delante de Israel, y David mató a siete mil soldados de caballería y cuarenta mil hombres de a pie. También dio muerte a Sofác, el jefe del ejército. (I Crónicas 19, 18)
Cuando los que estaban al servicio de Hadadézer vieron que Israel los había derrotado, hicieron las paces con David y le quedaron sometidos. En adelante, los arameos no quisieron prestar más ayuda a los amonitas. (I Crónicas 19, 19)
Aquel día, el combate fue muy encarnizado. El rey de Israel se mantuvo de pie sobre su carro frente a los arameos hasta la tarde, y murió a la puesta del sol. (II Crónicas 18, 34)
Por consejo de ellos, fue con Jorám, hijo de Ajab, rey de Israel, a combatir contra Jazael, rey de Arám, en Ramot de Galaad. Los arameos hirieron a Jorám, (II Crónicas 22, 5)
Al comenzar el año, el ejército de los arameos subió a combatir contra Joás. Invadieron Judá y Jerusalén, ejecutaron a todos los jefes que había en el pueblo, y enviaron el botín al rey de Damasco. (II Crónicas 24, 23)
Aunque el ejército de Arám había venido con pocos hombres, el Señor entregó en sus manos a un ejército mucho más numeroso, por haberlo abandonado a él, el Dios de sus padres. De esta manera, los arameos hicieron justicia con Joás, (II Crónicas 24, 24)
Entonces el Señor, su Dios, lo entregó en manos del rey de los arameos. Estos lo derrotaron y capturaron gran cantidad de prisioneros que fueron llevados a Damasco. También fue entregado en manos del rey de Israel, que le infligió una gran derrota: (II Crónicas 28, 5)
Israelitas, ¿no son ustedes para mí como los cusitas? -oráculo del Señor-. ¿Acaso no hice salir a Israel del país de Egipto, como a los filisteos de Caftor y a los arameos de Quir? (Amós 9, 7)