Fondare 27 Risultati per: Dolores

  • Su nuera, la mujer de Pinjás, estaba embarazada, próxima a dar a luz. Cuando oyó la noticia de la captura del Arca de Dios, y de la muerte de su suegro y de su marido, se encorvó y dio a luz, porque le sobrevinieron los dolores del parto. (I Samuel 4, 19)

  • Y después de un tiempo, al cabo de dos años, la enfermedad le carcomió las entrañas, y murió en medio de terribles dolores. Su pueblo no quemó perfumes por él, como había hecho por sus padres. (II Crónicas 21, 19)

  • Allí se apoderó de ellos el terror y dolores como los del parto, (Salmos 48, 7)

  • Porque persiguen al que tú has castigado y aumentan los dolores del que tú has herido. (Salmos 69, 27)

  • Pero él, a punto ya de morir bajo los golpes, dijo entre gemidos: "El Señor, que posee el santo conocimiento, sabe muy bien que, pudiendo librarme de la muerte, soporto crueles dolores en mi cuerpo azotado; pero mi alma los padece gustosamente por temor a él". (II Macabeos 6, 30)

  • Su estado era tal que del cuerpo del impío brotaban los gusanos; estando vivo aún, la carne se le caía a pedazos, en medio de dolores y sufrimientos, y el ejército apenas podía soportar el hedor que emanaba de él. (II Macabeos 9, 9)

  • Sólo entonces, en aquel estado de postración, comenzó a ceder en su desmedida soberbia y a entrar en razón, por los dolores que se hacían cada vez más intensos a causa del castigo divino. (II Macabeos 9, 11)

  • Como sus dolores no se calmaban de ninguna forma, porque el justo juicio de Dios se había abatido sobre él, y desesperando de su salud, escribió a los judíos, en tono de súplica, la carta que se transcribe a continuación: (II Macabeos 9, 18)

  • Glorifica a tu padre de todo corazón y no olvides los dolores de tu madre; (Eclesiástico 7, 27)

  • Se llenan de espanto, dolores y convulsiones los invaden, se retuercen como una parturienta, se miran unos a otros con estupor, sus rostros están encendidos como llamas. (Isaías 13, 8)

  • Por eso mis entrañas se sienten convulsionadas; me asaltan los dolores, dolores como los del parto. Me desconcierta lo que oigo, me espanta lo que veo. (Isaías 21, 3)

  • Avergüénzate, Sidón, fortaleza del mar, porque el mar habla así: "No he sufrido los dolores del parto, ni he dado a luz; no he criado muchachos ni hice crecer muchachas". (Isaías 23, 4)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina