Fondare 140 Risultati per: Daniel en el foso de los leones
Ahora bien, este Daniel sobresalía entre los ministros y sátrapas, porque había en él un espíritu superior, y el rey pensaba ponerlo al frente de todo el reino. (Daniel 6, 4)
Por eso los ministros y los sátrapas trataron de encontrar un pretexto para acusar a Daniel en lo referente a los asuntos del reino. Pero no pudieron encontrar ningún pretexto ni falta, porque él era fiel y no se le descubrió ninguna negligencia ni falta. (Daniel 6, 5)
Esos hombres dijeron: "No encontraremos ningún motivo de acusación contra Daniel, sino es en la Ley de su Dios". (Daniel 6, 6)
Todos los ministros del reino, los prefectos y los sátrapas, los familiares y los gobernadores, se han puesto de acuerdo para que el rey promulgue un edicto y ponga en vigencia una prohibición, a saber: Todo el que dentro de los próximos treinta días dirija una plegaria a cualquier dios u hombre que no seas tú, rey, será arrojado en el foso de los leones. (Daniel 6, 8)
Cuando Daniel supo que el documento había sido firmado, entró en su casa. Esta tenía en el piso superior unas ventanas que se abrían en dirección a Jerusalén, y tres veces por día, él se ponía de rodillas, invocando y alabando a su Dios, como lo había hecho antes. (Daniel 6, 11)
Aquellos hombres acudieron precipitadamente y encontraron a Daniel orando y suplicando a su Dios. (Daniel 6, 12)
Entonces se presentaron ante el rey y, refiriéndose a la prohibición real, le dijeron: "¿Acaso no has escrito una prohibición según la cual todo el que dirija una oración dentro de los próximos treinta días, a cualquier dios u hombre que no seas tú, rey, debe ser arrojado al foso de los leones?". El rey tomó la palabra y dijo: "Así es, en efecto, según la ley de los medos y de los persas, que es irrevocable". (Daniel 6, 13)
Entonces ellos tomaron la palabra y dijeron en presencia del rey: "Daniel, uno de los deportados de Judá, no te ha hecho caso, rey, ni a ti ni a la prohibición que tú has escrito, y tres veces al día hace su oración". (Daniel 6, 14)
Al oír esto, el rey se apenó profundamente y puso todo su empeño por salvar a Daniel: hasta el atardecer se esforzó por librarlo. (Daniel 6, 15)
Entonces el rey mandó traer a Daniel y arrojarlo al foso de los leones. El rey tomó la palabra y dijo a Daniel: "Tu Dios, al que sirves con tanta constancia, te salvará". (Daniel 6, 17)
Luego trajeron una piedra y la pusieron sobre la abertura del foso; el rey la selló con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, para que no se cambiara nada en lo concerniente a Daniel. (Daniel 6, 18)
Al amanecer, apenas despuntado el día, el rey se levantó y fue rápidamente al foso de los leones. (Daniel 6, 20)