Fondare 67 Risultati per: Betel

  • Al oír la palabra que el hombre de Dios proclamaba contra el altar de Betel, Jeroboám extendió su brazo desde encima del altar, diciendo: "¡Deténganlo!". Pero el brazo que había extendido hacia el hombre de Dios le quedó paralizado, y no pudo volverlo atrás. (I Reyes 13, 4)

  • Y se fue por otro camino, sin retomar el que había recorrido para venir a Betel. (I Reyes 13, 10)

  • Había un viejo profeta que vivía en Betel. Sus hijos fueron a contarle todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel, y también le contaron a su padre las palabras que había dicho al rey. (I Reyes 13, 11)

  • porque ciertamente se cumplirá la palabra que él proclamó, por orden del Señor, contra el altar de Betel y contra todos los santuarios de los lugares altos que están en las ciudades de Samaría". (I Reyes 13, 32)

  • En su tiempo, Jiel de Betel reconstruyó Jericó: poner los cimientos le costó la vida de Abirám, su primogénito, y asentar las puertas le costó la vida de Segub, su hijo menor, conforme a la palabra que había pronunciado el Señor por medio de Josué, hijo de Nun. (I Reyes 16, 34)

  • y Elías dijo a Eliseo: "Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado hasta Betel". Pero Eliseo respondió: "Juro por la vida del Señor y por tu propia vida que no te dejaré". Y bajaron a Betel. (II Reyes 2, 2)

  • La comunidad de profetas que había en Betel salió a recibir a Eliseo, y le dijeron: "¿Sabes que hoy el Señor va a arrebatar a tu maestro por encima de tu cabeza?". Él respondió: "Claro que lo sé; ¡no digan nada!". (II Reyes 2, 3)

  • Desde allí subió a Betel. Mientras iba subiendo por el camino, unos muchachos salieron de la ciudad y se burlaban de él, diciendo: "¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!". (II Reyes 2, 23)

  • Pero Jehú no se apartó de los pecados con que Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel, a saber, los terneros de oro que había en Betel y en Dan. (II Reyes 10, 29)

  • Uno de los sacerdotes deportados de Samaría fue entonces a establecerse en Betel, y les enseñaba cómo se debía venerar al Dios de Israel. (II Reyes 17, 28)

  • El rey ordenó al sumo sacerdote Jilquías, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes del umbral, que sacaran del Templo del Señor todos los objetos fabricados en honor de Baal, de Aserá y de todo el Ejército de los cielos; los quemó fuera de Jerusalén, en los baldíos del Cedrón, e hizo llevar sus cenizas a Betel. (II Reyes 23, 4)

  • Josías derribó también el altar que estaba en Betel, el lugar alto que había edificado Jeroboám, hijo de Nebat, el que hizo pecar a Israel; derribó este altar y su lugar alto, quemó el lugar alto, lo redujo a polvo, y quemó el poste sagrado. (II Reyes 23, 15)


“Ele e ouvir a Sua voz por meio das Suas inspirações e iluminações interiores.” São Padre Pio de Pietrelcina