Fondare 140 Risultati per: �Cualquier
Allí podrás comprar con ese dinero todo lo que desees: ganado mayor o menor, vino o bebida fermentada, en una palabra, cualquier cosa que sea de tu agrado. Entonces comerás en la presencia del Señor, tu Dios, y te alegrarás junto con tu familia. (Deuteronomio 14, 26)
Pero si es defectuoso -si es rengo, ciego o tiene cualquier otro defecto grave- no lo sacrificarás al Señor, tu Dios. (Deuteronomio 15, 21)
No sacrificarás al Señor, tu Dios, ningún animal del ganado mayor o menor que tenga un defecto o cualquier clase de imperfección, porque eso es una abominación para el Señor, tu Dios. (Deuteronomio 17, 1)
Si te resulta demasiado difícil juzgar un pleito por homicidio, por reclamación de derechos, por lesiones, o cualquier otra causa que se haya suscitado en tu ciudad, subirás hasta el lugar que el Señor, tu Dios, elija, (Deuteronomio 17, 8)
Si un levita que reside en cualquier parte del Israel, se traslada por voluntad propia de una de tus ciudades al lugar que elija el Señor, su Dios, (Deuteronomio 18, 6)
En cuanto a las mujeres, los niños, el ganado y cualquier otra cosa que haya en la ciudad, podrás retenerlos como botín, y disfrutar de los despojos de los enemigos que el Señor, tu Dios, te entrega. (Deuteronomio 20, 14)
Lo mismo harás con su asno, con su ropa y con cualquier otro objeto que pierda tu hermano y que tú encuentres: no podrás despreocuparte de ellos. (Deuteronomio 22, 3)
No obligues a tu hermano a pagar interés, ya se trate de un préstamo de dinero, de víveres, o de cualquier otra cosa que pueda producir interés. (Deuteronomio 23, 20)
Ahora, deja de beber vino o cualquier bebida fermentada, y no comas nada impuro. (Jueces 13, 4)
Sin embargo, David pensó: "A pesar de todo, Saúl terminará por matarme cualquier día de estos. Es mejor que me ponga a salvo en el país de los filisteos. Así Saúl perderá las esperanzas con respecto a mí: ya no me buscará por todo el territorio de Israel, y habré escapado de sus manos". (I Samuel 27, 1)
Todo el pueblo trató de obligar a David a que comiera algo cuando aún era de día, pero David pronunció este juramento: "¡Que Dios me castigue una y otra vez, si llego a probar pan o cualquier otro bocado antes de la puesta del sol!". (II Samuel 3, 35)
Seguro que ahora está escondido en una quebrada o en cualquier otra parte. Y si al comienzo caen algunos de los nuestros, el que se entere dirá: ‘Ha habido un desastre entre los secuaces de Absalón’. (II Samuel 17, 9)