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Por esto, lo juro por mi vida, dice Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel, Moab quedará igual que Sodoma, y Amón, como Gomorra. La tierra será abandona a las ortigas, con canteras de sal, y será un desierto para siempre. Los que queden de mi pueblo se apoderarán de ellos; los sobrevivientes de mi nación los recibirán en herencia. (Sofonías 2, 9)
En aquel día habrá una fuente siempre corriendo para que los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén se puedan lavar de sus pecados e impurezas. (Zacarías 13, 1)
Ese día brotará en Jerusalén un manantial que nunca se secará ni en verano ni en invierno y que estará siempre corriendo, tanto hacia el mar oriental como hacia el mar occidental. (Zacarías 14, 8)
Si Edom afirma que empezará a reconstruir sus ruinas, a pesar de haber sido destruidas, Yavé de los Ejércitos les advierte: «¿Qué sacan con reconstruir, si yo se lo demoleré? A ustedes los llamarán "país maldito" y "nación con la que Yavé se ha disgustado para siempre".» (Malaquías 1, 4)
Raza de víboras, si ustedes son tan malos, ¿cómo pueden decir algo bueno? La boca siempre habla de lo que está lleno el corazón. (Evangelio según San Mateo 12, 34)
Entonces Jesús dijo: «Está bien: cuando un maestro en religión ha sido instruido sobre el Reino de los Cielos, se parece a un padre de familia que siempre saca de sus armarios cosas nuevas y viejas.» (Evangelio según San Mateo 13, 52)
El Rey les responderá: «En verdad les digo: siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí. » (Evangelio según San Mateo 25, 45)
Siempre tienen a los pobres con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre. (Evangelio según San Mateo 26, 11)
Jesús dejó aquel lugar y se fue a los límites de Judea, al otro lado del Jordán. Otra vez las muchedumbres se congregaron a su alrededor, y de nuevo se puso a enseñarles, como hacía siempre. (Evangelio según San Marcos 10, 1)
Siempre tienen a los pobres con ustedes, y en cualquier momento podrán ayudarlos, pero a mí no me tendrán siempre. (Evangelio según San Marcos 14, 7)
gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás.» (Evangelio según San Lucas 1, 33)
como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a sus descendientes para siempre. (Evangelio según San Lucas 1, 55)
