Fondare 362 Risultati per: lado

  • Jesús, que conocía sus pensamientos, tomó a un niño, lo puso a su lado, (Evangelio según San Lucas 9, 47)

  • Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vió, tomó el otro lado y siguió. (Evangelio según San Lucas 10, 31)

  • Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado y pasó de largo. (Evangelio según San Lucas 10, 32)

  • Además, mira que hay un abismo tremendo entre ustedes y nosotros, y los que quieran cruzar desde aquí hasta ustedes no podrían hacerlo, ni tampoco lo podrían hacer del lado de ustedes al nuestro.» (Evangelio según San Lucas 16, 26)

  • No sabían qué pensar, pero en ese momento vieron a su lado a dos hombres con ropas fulgurantes. (Evangelio según San Lucas 24, 4)

  • Esto sucedió en Betabará, al otro lado del río Jordán, donde Juan bautizaba. (Evangelio según San Juan 1, 28)

  • Fueron donde Juan y le dijeron: «Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y en cuyo favor tú hablaste, está ahora bautizando y todos se van a él.» (Evangelio según San Juan 3, 26)

  • Es el novio quien tiene a la novia; el amigo del novio está a su lado y hace lo que él le dice y se alegra con sólo oír la voz del novio. Por eso me alegro sin reservas. (Evangelio según San Juan 3, 29)

  • Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago se dio cuenta que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había subido con sus discípulos en la barca, sino que éstos se habían ido solos. (Evangelio según San Juan 6, 22)

  • Al encontrarlo al otro lado del lago, le preguntaron: «Rabbí (Maestro), ¿cómo has venido aquí?» (Evangelio según San Juan 6, 25)

  • «En verdad les digo: El que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por algún otro lado, ése es un ladrón y un salteador. (Evangelio según San Juan 10, 1)

  • Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba al principio, y se quedó allí. (Evangelio según San Juan 10, 40)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina