Fondare 122 Risultati per: jóvenes

  • Acepta este regalo que te traigo y dalo a los jóvenes que te siguen. (1 Samuel 25, 27)

  • David los atacó desde la mañana hasta la noche. No escapó ninguno, salvo cuatrocientos jóvenes que huyeron en sus camellos. (1 Samuel 30, 17)

  • Tú solo cargarás con la responsabilidad de tu propia muerte.» Y, llamando a uno de los jóvenes, le ordenó: «Acércate y mátalo. » Este lo mató de un solo golpe. (2 Samuel 1, 16)

  • Abner dijo a Joab: «Que salgan unos cuantos jóvenes y luchen delante de nosotros.» Joab respondió: «Que salgan.» (2 Samuel 2, 14)

  • Salieron, avanzando en igual número, doce jóvenes de Benjamín por Isbaal, hijo de Saúl, y doce de los servidores de David. (2 Samuel 2, 15)

  • Y entonces Abner le dijo: «Apártate a la derecha o a la izquierda, toma a uno de los jóvenes y apodérate de sus despojos.» (2 Samuel 2, 21)

  • Yonadab, hijo de Simá, hermano de David, intervino y dijo: «No piense mi señor, el rey, que murieron todos los jóvenes hijos del rey. (2 Samuel 13, 32)

  • Como el rey le preguntaba qué iba a hacer con eso, respondió: «Los burros son para que monte en ellos la familia del rey; el pan y las frutas, para que se alimenten los jóvenes; el vino, para que beban los que se cansen en el desierto.» (2 Samuel 16, 2)

  • Entonces se acercaron diez jóvenes escuderos de Joab y lo remataron. (2 Samuel 18, 15)

  • Pero Roboam no hizo caso de este consejo y se fue a consultar también a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio. (1 Reyes 12, 8)

  • Y aquellos jóvenes, sus compañeros, le dictaron esta respuesta, para que el rey la diera al pueblo: «Con mi dedo meñique golpeo mucho más fuerte que mi padre con su brazo. (1 Reyes 12, 10)

  • les habló según lo que los jóvenes le habían aconsejado. (1 Reyes 12, 14)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina