Fondare 463 Risultati per: estaban
Pedro se fue sin más con ellos. Apenas llegó lo hicieron subir a la habitación del piso superior, donde le presentaron a todas las viudas que estaban llorando y le mostraban las túnicas y mantos que Tabita hacía mientras vivía con ellas. (Hecho de los Apóstoles 9, 39)
Después de volver en sí, Pedro buscaba en vano el significado de esa visión, cuando justamente se presentaron los hombres enviados por Cornelio. Habían preguntado por la casa de Simón y ahora estaban a la puerta. (Hecho de los Apóstoles 10, 17)
Pedro se orientó y fue a la casa de María, madre de Juan, llamado también Marcos, donde muchos estaban reunidos en oración. (Hecho de los Apóstoles 12, 12)
Los que no eran judíos se alegraban al oír estas palabras y tomaban en consideración el mensaje del Señor. Y creyeron todos los que estaban destinados para una vida eterna. (Hecho de los Apóstoles 13, 48)
Hacia la media noche Pablo y Silas estaban cantando himnos a Dios, y los demás presos los escuchaban. (Hecho de los Apóstoles 16, 25)
Fueron a la prisión acompañados por un grupo de amigos de Pablo y les pidieron que se marcharan, diciéndoles: «¡Cómo íbamos a pensar que ustedes fueran muy buena gente!» Y cuando Pablo y Silas estaban para irse, les rogaron: «Ahora que se van libres, por favor, no nos hagan problemas por haberles hablado duramente». (Hecho de los Apóstoles 16, 39)
Entre los que hacían esto estaban los hijos de un sacerdote judío, llamado Escevas. Un día entraron en una casa y se atrevieron a hacer eso, (Hecho de los Apóstoles 19, 14)
Mientras tanto la asamblea estaba sumida en una gran confusión. Unos gritaban una cosa, otros otra, y la mayor parte no sabían ni por qué estaban allí. (Hecho de los Apóstoles 19, 32)
Todos estaban muy afligidos porque les había dicho que no le volverían a ver. Después lo acompañaron hasta el barco. (Hecho de los Apóstoles 20, 38)
Estaban para cumplirse los siete días, cuando unos judíos de Asia vieron a Pablo en el Templo y empezaron a alborotar a la gente. Agarraron a Pablo (Hecho de los Apóstoles 21, 27)
Cuando estaban ya para meterlo dentro de la fortaleza, Pablo dijo al comandante: «¿Me permites decirte una palabra?» Le contestó: «¡Pero tú hablas griego! (Hecho de los Apóstoles 21, 37)
Al momento se retiraron los que estaban para torturarlo, y el mismo comandante tuvo miedo, porque había hecho encadenar a un ciudadano romano. (Hecho de los Apóstoles 22, 29)