Fondare 55 Risultati per: espíritus

  • Los espíritus le rogaron: «Envíanos a esa piara y déjanos entrar en los cerdos.» Y Jesús se lo permitió. (Evangelio según San Marcos 5, 12)

  • Entonces los espíritus malos salieron del hombre y entraron en los cerdos; en un instante las piaras se arrojaron al agua desde lo alto del acantilado y todos los cerdos se ahogaron en el lago. (Evangelio según San Marcos 5, 13)

  • Llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus malos. (Evangelio según San Marcos 6, 7)

  • Expulsaban a muchos espíritus malos y sanaban a numerosos enfermos, ungiéndoles con aceite. (Evangelio según San Marcos 6, 13)

  • también los atormentados por espíritus malos recibían curación. (Evangelio según San Lucas 6, 18)

  • En ese momento Jesús curó a varias personas afligidas de enfermedades, de achaques y de espíritus malignos y devolvió la vista a algunos ciegos. (Evangelio según San Lucas 7, 21)

  • y también algunas mujeres, a las que había curado de espíritus malos o de enfermedades: María, por sobrenombre Magdalena, de la que habían salido siete demonios; (Evangelio según San Lucas 8, 2)

  • Jesús reunió a los Doce y les dio autoridad para expulsar todos los malos espíritus y poder para curar enfermedades. (Evangelio según San Lucas 9, 1)

  • Se va, entonces, y regresa con otros siete espíritus peores que él; entran y se quedan allí. De tal modo que la nueva condición de la persona es peor que la primera.» (Evangelio según San Lucas 11, 26)

  • Acudían multitudes de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo a sus enfermos y a personas atormentadas por espíritus malos, y todos eran sanados. (Hecho de los Apóstoles 5, 16)

  • Pues espíritus malos salían de los endemoniados dando gritos, y varios paralíticos y cojos quedaron sanos. (Hecho de los Apóstoles 8, 7)

  • hasta tal punto que imponían a los enfermos pañuelos o ropas que él había usado, y mejoraban. También salían de ellos los espíritus malos. (Hecho de los Apóstoles 19, 12)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina