Fondare 346 Risultati per: eran

  • como tampoco los descendientes de Abrahán eran todos hijos suyos. Pues le fue dicho: Los hijos de Isaac serán considerados tus descendientes. (Carta a los Romanos 9, 7)

  • Con los que no estaban sujetos a la Ley me comporté como quien no tiene ley -en realidad no estoy sin ley con respecto a Dios, pues Cristo es mi ley-. Pero yo quería ganar a los que eran ajenos a la Ley. (1º Carta a los Corintios 9, 21)

  • Cuando aún eran paganos, perdían el control de sí mismos al ser llevados a sus ídolos sin voz ni vida. (1º Carta a los Corintios 12, 2)

  • Aquella tristeza era según Dios, y miren lo que ha producido en ustedes: ¡qué preocupación tan grande por mí y cuántas disculpas!, ¡qué indignación, temor, exigencias, y qué deseo de desagraviarme y hacerme justicia! En todo han demostrado que eran inocentes en este asunto. (2º Carta a los Corintios 7, 11)

  • ni tampoco subí a Jerusalén para ver a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui a Arabia, y de allí regresé después a Damasco. (Carta a los Gálatas 1, 17)

  • En el caso de Abrahán, las promesas eran para él y para su descendencia. La Escritura no dice para los descendientes, como si hubiera varios, sino que habla en singular: para tu descendencia, y ésta es Cristo. (Carta a los Gálatas 3, 16)

  • Aunque mis pruebas eran una prueba para ustedes, no me despreciaron ni me rechazaron, sino que me acogieron como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. (Carta a los Gálatas 4, 14)

  • En otro tiempo ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Pórtense como hijos de la luz, (Carta a los Efesios 5, 8)

  • Tales cosas no eran más que sombras, mientras que lo real es la persona de Cristo. (Carta a los Colosenses 2, 17)

  • Recuerdo tu fe sincera. Así eran tu abuela Loide y tu madre, Eunice, y estoy convencido de que la recibiste de ellas. (2º Carta a Timoteo 1, 5)

  • Todos murieron como creyentes. No habían conseguido lo prometido, pero lo habían visto de lejos y contemplado con gusto, reconociendo que eran extraños y peregrinos en la tierra. (Carta a los Hebreos 11, 13)

  • su oro y su plata se han oxidado. El óxido se levanta como acusador contra ustedes y como un fuego les devora las carnes. ¿Cómo han atesorado, si ya eran los últimos tiempos? (Carta de Santiago 5, 3)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina