Fondare 141 Risultati per: castigo divino

  • Tu escuchaste en el monte Sinaí una sentencia, conociste en el Horeb el castigo decretado por Dios. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 7)

  • El Señor castigó al campamento de los Asirios, su ángel los exterminó. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 21)

  • Los alaridos han despertado toda la tierra de Moab; el griterío se siente hasta en Eglaim y su eco hasta en Beer-Elim. Las lagunas de Dimón están rojas de sangre. pues mando un nuevo castigo sobre Dimón: envío un león contra los sobrevivientes de Moab y contra aquellos que queden en el país. (Isaías 15, 8)

  • Yavé, en la angustia te buscábamos; vivíamos bajo la opresión y tu castigo nos apretaba. (Isaías 26, 16)

  • Lo castigó, echándolo de su casa o desterrándolo, y lo despidió de un soplido tan fuerte como viento del este. (Isaías 27, 8)

  • con este recado: «Esto manda decir Ezequías: Este es un día de angustia, de castigo y de vergüenza; los niños están a punto de nacer, pero falta la fuerza para darlos a luz. (Isaías 37, 3)

  • Hablen a Jerusalén, hablen a su corazón, y díganle que su jornada ha terminado, que ha sido pagada su culpa, pues ha recibido de manos de Yavé doble castigo por todos sus pecados. (Isaías 40, 2)

  • Recuerden las cosas que pasaron antiguamente. Yo soy Dios y no hay otro igual, soy Dios y no hay nada divino fuera de mí. (Isaías 46, 9)

  • y eran nuestras faltas por las que era destruido nuestros pecados, por los que era aplastado. El soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados. (Isaías 53, 5)

  • A cada uno le va a dar su merecido: enojo para sus adversarios y castigo para sus enemigos. (Isaías 59, 18)

  • Escucha, tierra, mira el castigo que voy a dar a este pueblo como fruto de su rebelión, pues no quisieron hacerme caso cuando les hablaba, y despreciaron mi Ley. (Jeremías 6, 19)

  • Esto dice Yavé rrespecto de este pueblo: ¡Cómo les gusta correr de acá para allá, si no paran un momento! Yavé no los quiere, pues se acuerda ahora de sus crímenes y del castigo que merecen. (Jeremías 14, 10)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina