Fondare 114 Risultati per: Tropas
Ante esta situación, Saúl ordenó a sus hombres que se pusieran en fila para ver quién faltaba. Luego que pasó revista a sus tropas, vieron que faltaba Jonatán y su escudero. (1 Samuel 14, 17)
En aquellos días los filisteos reunieron sus tropas para ir a la guerra contra Israel. Aquís dijo a David: «Bien sabes que tú y tus hombres deben venir a la guerra conmigo.» (1 Samuel 28, 1)
Mientras los jefes de las ciudades de los filisteos iban delante, al frente de sus tropas, divididas en compañías de ciento y de mil, David y sus hombres marchaban a la retaguardia con Aquís. (1 Samuel 29, 2)
Los israelitas que vivían en la parte alta del valle y al otro lado del Jordán vieron huir a las tropas de Israel. Cuando supieron que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron sus pueblos y huyeron y los filisteos subieron a ocuparlos. (1 Samuel 31, 7)
El hijo de Saúl tenía dos jefes de tropas, uno llamado Baamá, y el otro Recab. Eran hijos de Rimón de Beerot, benjaminitas, pues también Beerot era contada entre las ciudades de Benjamín. (2 Samuel 4, 2)
Pues tú sabes que tu padre y sus hombres son gente decidida y están envalentonados como si a una osa en el campo le quitaran su cría. Tu padre sabe mucho de guerra y no se queda a descansar de noche con sus tropas. (2 Samuel 17, 8)
Seguro que ahora está escondido en alguna caverna u otro lugar. Si al principio caen algunos de los nuestros, se dirá que han sido derrotadas las tropas de Absalón. (2 Samuel 17, 9)
Por ello, las tropas entraron a la ciudad silenciosamente, como entra avergonzada la gente, después de huir de la batalla. (2 Samuel 19, 4)
todas las ciudades de aprovisionamiento que tenía Salomón, las ciudades de los carros de guerra y las de las tropas de a caballo, y todo cuanto Salomón quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio. (1 Reyes 9, 19)
Ajab le preguntó: «¿Con qué tropas los derrotaré?» Respondió el profeta: «Con los jóvenes soldados de tus jefes de provincias, pues así lo ha dicho Yavé.» Ajab preguntó: «¿Quién será el atacante?» «Tú», respondió el profeta. (1 Reyes 20, 14)
Cuando salieron los jóvenes de los jefes de provincias que formaban la vanguardia, alguien envió este mensaje a Ben-Hadad: «Están saliendo de Samaria algunas tropas.» (1 Reyes 20, 17)
pues así habla Yavé: Ustedes no verán viento ni lluvia, pero el valle se llenará de agua. Beberán ustedes, sus tropas y su ganado. (2 Reyes 3, 17)