Fondare 454 Risultati per: Ojos

  • El hizo en todo lo que es recto a los ojos de Yavé, y siguió las huellas de David, su padre, sin desviarse para ningún lado. (2 Reyes 22, 2)

  • Hizo el mal a los ojos de Yavé, igual que lo había hecho Joaquín; (2 Reyes 24, 19)

  • Los hijos de Sedecías fueron degollados a su vista, y a él le sacó los ojos, encandenándolo con una doble cadena de bronce para llevarlo a Babilonia. (2 Reyes 25, 7)

  • Hijos de Judá: Er, Onán y Selá; los tres le nacieron de la hija de Suá, la cananea. Er, primogénito de Judá, era malo a los ojos de Yavé, que le quitó la vida. (1 Crónicas 2, 3)

  • y aun esto es poco a tus ojos, oh Dios, que también haces promesas a mi descendencia para el futuro lejano. Me has mirado como si fuera un hombre distinguido, ¡oh Yavé Dios! (1 Crónicas 17, 17)

  • Alzando David los ojos vio el Angel que estaba entre el cielo y la tierra con una espada desenvainada en su mano, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los jefes, vestidos con sacos, se postraron rostro en tierra. (1 Crónicas 21, 16)

  • Ahora, pues, a los ojos de todo el pueblo de Israel, que es la asamblea de Yavé, y a oídos de nuestro Dios, guarden y mediten todos los mandamientos de Yavé su Dios, para que puedan poseer esta tierra espléndida y la dejen como heredad a sus hijos después de ustedes para siempre. (1 Crónicas 28, 8)

  • Yavé engrandeció en gran manera a Salomón a los ojos de todo el pueblo de Israel, y le dio un reinado glorioso como nunca había tenido ninguno de los que habían tenido el mando en Israel antes que él. (1 Crónicas 29, 25)

  • Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta Casa, sobre este lugar del que dijiste que pondrías en él tu Nombre. ¡Escucha la oración que te dirige tu siervo en este lugar! (2 Crónicas 6, 20)

  • Que tus ojos, Dios mío, estén abiertos, y tus oídos atentos a la oración que se haga en este lugar. (2 Crónicas 6, 40)

  • Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a la oración que se haga en este lugar; (2 Crónicas 7, 15)

  • pues ahora he escogido y santificado esta Casa, para que en ella permanezca mi Nombre para siempre. Allí estarán mis ojos y mi corazón todos los días. (2 Crónicas 7, 16)


“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina