Fondare 27 Risultati per: Lisias

  • Dejó, pues, a Lisias, hombre noble y de familia real, encargado de los asuntos del gobierno desde el río Eufrates hasta la frontera de Egipto, (1 Macabeos 3, 32)

  • Lisias escogió entre los Amigos del Rey a Tolomeo, hijo de Dorimeno, a Nicanor y Gorgias, personajes influyentes. (1 Macabeos 3, 38)

  • Los paganos que se salvaron llegaron allá a anunciar a Lisias lo sucedido, y éste, (1 Macabeos 4, 26)

  • Se lanzaron los unos contra los otros y cayeron muertos cinco mil hombres del ejército de Lisias. (1 Macabeos 4, 34)

  • Lisias vio que su ejército se desanimaba, mientras que los hombres de Judas se entusiasmaban hasta el punto de estar dispuestos a vivir o morir gloriosamente. Partió, pues, hacia Antioquía, y allí reclutó mercenarios para agrandar su ejército, con el propósito de volver a Judea. (1 Macabeos 4, 35)

  • que Lisias, aunque había ido con un ejército poderoso, tuvo que huir ante los judíos, los cuales se habían fortalecido con las armas y el abundante botín tomado a los ejércitos vecinos. (1 Macabeos 6, 6)

  • Conocida la muerte del rey, Lisias proclamó rey en su lugar a su hijo Antíoco, a quien había educado desde niño, y le dio por sobrenombre Eupátor. (1 Macabeos 6, 17)

  • Cuando lo supo Lisias, se apresuró a dar la señal de partida, diciendo al rey, a los generales del ejército y a los soldados: «De día en día perdemos fuerzas, escasean los alimentos y el lugar que sitiamos está fuertemente defendido; no podemos descuidar los asuntos del reino. (1 Macabeos 6, 57)

  • Apenas entró en el reino de sus padres, el ejército tomó presos a Antíoco y a Lisias para entregárselos. (1 Macabeos 7, 2)

  • En efecto, una vez heredado el reino, puso al frente de sus asuntos a Lisias, también general supremo de Celesiria y Fenicia. (2 Macabeos 10, 11)

  • Poco tiempo después, Lisias, tutor y pariente del rey, que era jefe del gobierno, muy disgustado por todo lo sucedido, (2 Macabeos 11, 1)

  • y obligaron a huir a los demás. La mayoría de ellos huyeron heridos y desarmados. Hasta el mismo Lisias, para poder salvarse, huyó vergonzosamente. (2 Macabeos 11, 12)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina