Fondare 369 Risultati per: Gloria
por su sola palabra se multiplicaban los prodigios. El Señor lo glorificó en presencia de los reyes, le dio mandamientos para su pueblo y le dejó ver un reflejo de su gloria. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 3)
Dios hizo mucho más aún por la gloria de Aarón; le dio a manera de herencia los primores de las cosechas, asegurándole así el pan en abundancia. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 20)
Finjas, hijo de Eleazar, es el tercero en gloria, porque temió al Señor y se mostró lleno de celo por él. Permaneció firme cuando el pueblo se rebeló: su voluntad no se doblegó, y así obtuvo el perdón para Israel. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 23)
¡Oh raza de Aarón, que el Señor ponga sabiduría en sus corazones para que gobiernen a su pueblo con rectitud, y así, de generación en generación, no se pierda ni su prosperidad ni su gloria! (Sirácides (Eclesiástico) 45, 26)
Manchaste así tu gloria y deshonraste du descendencia; atrajiste la Cólera sobre tus hijos, y tu locura los hundió en la desgracia. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 20)
¡Oh Elías, tus milagros constituyeron tu gloria! ¿Quién podría vanagloriarse de ser como tú? (Sirácides (Eclesiástico) 48, 4)
Luego fue Ezequiel el que contempló en una visión la gloria del Señor: la que le fue mostrada en el carro de querubines. (Sirácides (Eclesiástico) 49, 8)
¿Y hacer lo mismo con Josué, hijo de Josedec? Porque ellos reconstruyeron la Casa de Dios; reedificaron el santo templo del Señor, dejándolo listo para una gloria imperecedera. (Sirácides (Eclesiástico) 49, 12)
Así era Simón cuando subía al santo altar de los sacrificios, revestido con su túnica de fiesta y con sus preciosos ornamentos; su gloria centelleaba en el recinto del Santuario. (Sirácides (Eclesiástico) 50, 11)
Apenas empecé a ponerle atención, se me concedió, y encontré en ella toda una doctrina. ¡Cuánto no progresé gracias a ella! Quiero rendirle gloria al que me la dio. (Sirácides (Eclesiástico) 51, 16)
Sí, Jerusalén se viene abajo, y se hunde Judá, a causa de sus palabras y hechos, pues a la vista de Yavé han desafiado su gloria. (Isaías 3, 8)
Aquel día, el Brote de Yavé será ornamento y gloria de los salvados de Israel; el Fruto de la tierra será su orgullo y esplendor. (Isaías 4, 2)